-¿Qué estamos haciendo?
-Estamos siendo normales.
-Claro, pero ¿qué es normal?
-Normal es ser como todos los demás, sin deferencias; es pensar igual a ellos y seguir sus costumbres y tradiciones, es estar en contra de lo que ellos están, es encajar en el patrón, es ver televisión todo el día hasta que tus neuronas se hayan consumido y no puedas pensar "out of the box", es pasar tu tiempo libre actualizando tus redes sociales en vez de reunirte con amigos, es leer libros que hablan de superación personal, y estar en contra del gobierno pero no hacer nada, porque implicaría demasiado esfuerzo, es idealizar a todos esos famosos que salen en revistas y querer imitarlos, es tener la ropa de moda; ser normal es ser parte de una masa y que tu rostro no pueda ser distinguido entre la multitud.
-¿Y no te parece estúpido? Es como ser una pequeña hormiga que no puedes distinguir de entre todas las demás y dejarse arrastrar por la corriente, ¿así quieres ser?
-No lo he decidido yo, es lo que conviene. Porque si no le convienes a la multitud, o ven que te haz vuelto diferente a ellos se deshacen de ti, así de fácil.
-Pero ¿eso es todo?, ¿no quieres se algo más? Alguien que se destaque por sus ideas y cambie formas de pensar, alguien que descubra algo maravilloso y ponga a reflexionar a todos, ¿no te gustaría?
-Eso sería igual a ser una pequeña hormiga que se rebela y va en contra de todas las demás, que tiene pocas probabilidades de sobrevivir sola, probablemente muera.
-¿Y si otras hormigas deciden seguirte? Entonces se convertirían en una pequeña multitud, ya no estarías solo y tendrías ideas nuevas para esparcir por el mundo. Yo no quiero ser hormiga, no sé tú, pero yo puedo decidir y formarme criterios. La vida es más fácil cuando te dejas arrastrar por la corriente, pero en algún punto tendrás que abrir los ojos y darte cuenta de que estás viviendo en una farsa.