A veces (casi siempre), me descubro a mí misma pensando en cosas tontas, que sé que no sucederán. Me gusta imaginar que conozco a ciertas personas. Que tengo a mi lado a personas increíbles. Que soy una escritora famosa. Que actúo en Skins. Que mi novio es Mark Salling. Que la persona que me gusta me hace caso. Que tengo una voz increíble (tipo Natasha Bedingfield).
En fin.
Las fantasías nunca se acaban.
Pero también me pongo a pensar; ¿eso es todo? Hasta aquí llegué. Quizá nunca sea capaz de salir de este lugar en donde vivo. Quizá nunca vaya a ejercer la profesión para la que estudié.
Quizá... Aún no sé lo que el mundo quiere de mí. Pero si no corro riesgos, supongo que me quedaré estancada.
Tengo el firme propósito de irme muy lejos a estudiar la universidad (si es posible lejos de este país), porque tengo que vivir, y aquí no quiero. Aquí no.
Tengo que decirle "Sí", a la vida, pero siento que está muy lejos y yo quiero alcanzarla.
No quiero tener la oportunidad de mi vida en mis manos y dejarla pasar.
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