Ella decidió caminar sola,
aunque otros se preguntaron por qué.
Se negó a mirar hacia delante,
mantuvo la vista arriba,
hacia el cielo.
Ella no tenía compañía,
ni necesidad de cosas terrenales.
Solo quería libertad,
de lo que sentía eran cuerdas de marioneta.
Ella anhelaba ser un pájaro,
así podría volar lejos.
Ella compadecía a cada hoja de pasto,
porque plantada permanecería siempre.
Ella anhelaba ser una flama,
que brillantemente baila sola.
Se sentía celosa del vapor,
que hace del aire su único hogar.
Algunos dicen que deseaba con demasiada, fuerza,
algunos dicen que deseaba por demasiado tiempo,
pero nos despertamos un día de otoño,
para enterarnos de que se había ido.
Ellos dicen que los árboles fueron testigos,
el cielo se rehúsa a decir algo,
pero alguien que lo vio,
dijo que la historia salió bien.
Ella abrió los brazos de par en par,
respiró al amanecer.
Ella dejó de lado todo lo que tenía,
Y entonces ella se fue.
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