Bienvenida a la adultez, me dijeron cuando cumplí 18 años. Pues bien, tengo 21 y no me siento de esta edad, me sigo sintiendo de 15-16. Los mismos problemas de chicos, las mismas amigas a las que amo, el mismo mejor amigo, el mismo color de pelo (después de haber pasado por 50 sombras de rojo), el mismo corte de cabello.
Hace poco, subí una foto a facebook y me pusieron un comentario diciendo "no haz cambiado nada", y me reí un poquito, pero luego reflexioné y me dije, "claro que he cambiado". No sigo siendo la misma que hace apenas 3 minutos. Me molesta que la gente insista con que los cambios en su mayoría son para mal. Yo creo que uno debe cambiar, o el cambio simplemente viene y te toma. Simple.
Soy una combinación de un montón de rasgos de diferentes trastornos mentales: obsesiva-compulsiva, pasivo-agresiva, dependiente, esquizoide, paraoide, etc.
Estoy bien, de verdad. No porque falte tan poco tiempo para que sea 5 de mayo me voy a poner mal. Estoy bien, voy a estar bien. Ese día voy a fingir que es hace CUATRO años y voy a ir a visitar la banca donde cambio mi vida.
Es gracioso, porque nunca he contado la historia, y pensé que un día lo haría, y le pondría un final feliz, pero ahora sé que nunca voy a escribir esa historia porque tendría un final horrible, y yo ni siquiera sería capaz de cambiarlo. "Y entonces, él la dejó por otra...FIN".
Dicen que te toma la mitad de tiempo que estuviste con una persona para superarla, ¿entiendes?, ¿quiere decir que me va a tomar casi dos años?, ¿o solo dos?
Porque en septiembre de 2013 todo se acabó, solo que yo no quería verlo. No quería, hasta que tuve nuestra historia en frente de mí, hace unos días, es que lo comprendí todo: qué estupidez.
No quisiera que ninguna otra chica pasara por lo mismo que yo, nadie debería sufrir: por ninguna causa, pero al parecer es el dolor lo que nos mantiene vivos. El dolor de saber que la otra persona nos está dando migajas de lo que un día nos perteneció por completo.
Ya aprendí, y no pienso cometer los mismos errores de nuevo. Perdí, claro que perdí, sobre todo mi capacidad para confiar en los demás, perdí mi capacidad para siempre esperar cosas buenas de los demás: ahora solo espero lo peor. Necesito ir a terapia otra vez, ¿pero cuándo? no tengo tiempo ni para dormir. Perdí el hábito.
jueves, 16 de abril de 2015
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