jueves, 26 de abril de 2018

De cómo nuestras prohibiciones de la infancia afectan nuestras relaciones

Voy a ponerte un ejercicio:
Piensa en las prohibiciones que tenías cuando eras pequeñ@, pero piensa bien, porque de esto dependerá que esto funcione, piensa en las veces que tus padres te regañaban, y qué prohibiciones estaban implícitas en sus castigos, en sus palabras, en sus acciones.
Te daré 5 minutos, si quieres anotarlas en papel está bien, sino, no hay problema...


Una vez que las tengas, analiza cómo estas prohibiciones te han marcado en tus relaciones amorosas.

Ejemplo 1:
Cuando yo era pequeña, tenía permitido prácticamente todo, me dejaban dormir en casas de mis amigas, podía salir hasta tarde, podía ir a jugar con mis primas sin peros...
pero había algo que estaba prohibido: avergonzar a mis padres.
Recuerdo la vez que me puse mil broches en el pelo y llegué a una fiesta y me sentía la reina del mundo y entonces mi mamá me llevó a casa y me dijo "no te vuelvas a poner tantos broches, la gente estaba hablando de ti". Unos años después, mis papás se enteraron de que tenía un noviecillo a escondidas, entonces me armaron el show más dramático del mundo diciendo lo decepcionados que estaban porque los demás tuvieron que decirles sobre mi amorío.
Entonces, pasé (o sigo pasando) la vida tratando de no avergonzarlos, sacando buenas calificaciones, siguiendo el "camino correcto", no cometiendo locuras (o al menos intento que jamás se enteren).
Y, ¿esto qué tiene que ver con mis relaciones amorosas?
Demasiado, porque yo no me había dado cuenta, hasta que hablé con otras dos psicólogas y nos pusimos a analizar esto.
El que mi prohibición haya sido NO AVERGONZAR, me ha obligado a seguir con el mismo patrón de querer ser la chica perfecta para todas las personas de las que me he enamorado: siempre complaciendo, a veces hasta dejando de ser yo misma, no vaya a ser...

Ejemplo 2:
M tenía prohibido ensuciarse cuando era pequeña, así que hacía lo contrario: a veces llegaba a casa llena de lodo y le encantaba escuchar los gritos de su madre regañándola. Le gustaba tanto llevarle la contraria que a cualquier prohibición le encontraba una salida:
sino podía jugar con sus amigas, se salía de la casa a escondidas, si estaba prohibido ver la TV, se ponía a verla en la sala. Siempre complacida de haber roto las reglas.
Y aquí no es tanto las prohibiciones en sí, sino lo que éstas implicaban: M siempre debía llevar la contraria, debía salirse con la suya a cualquier lugar.
Así que ahora cuando se relaciona con el sexo opuesto, no importa qué tanto quiera algo, si el otro también lo quiere, entonces empieza el juego de llevar la contraria, incluso si eso la pone contra ella misma.

Ejemplo 3:
Cada que N llegaba a casa con un 8 de calificación su abuela solía decirle: "¿Eso quieres ser por el resto de tu vida?, ¿una mediocre?" y esas palabras nunca las olvidó, por eso siempre trató de sobresalir. Y cuando empezaban a llamarle la atención los chicos, su abuela le decía "si lo que quieres hacer en la vida es acabar siendo una chacha, una ama de casa y cocinarle a un cabrón... pues adelante".
Así que la prohibición de "no seas mediocre", se transformó en su mente en "no te enamores porque entonces también serás una mediocre", y hasta ahora, esa prohibición se ha mantenido con ella, pues no es capaz de enamorarse verdaderamente, y cada que siente que lo está, se sabotea a sí misma.

Y ahora te toca a ti, ¿de qué manera han influido las prohibiciones en tu vida?

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