Hoy me desperté con una sensación extraña en el estómago, como queriendo vomitar, como queriéndome quedar en cama todo el día. Así que decidí no ir al gimnasio, y en vez de eso me puse los tenis y fui a la playa a caminar, y a medio camino me entraron unas ganas inmensas de ir hasta la casa de mis papás, así que caminé por 10 minutos más. Cuando mi mamá me vio se sorprendió, me preguntó qué a qué hora había llegado de mi viaje, y siguió haciendo el desayuno. Mi papá me preguntó si quería café, dije que sí y fui a checar si tenía ropa en mi ex-cuarto, y como sí había, me di un baño.
Cuando salí mi papá hizo un comentario y entonces lo comprendí todo: hoy es el aniversario de la muerte de mi abuela. ¿Cómo pude olvidarlo?, pero lo que me sorprendió aún más fue el de nuevo corroborar que el cuerpo no olvida. Con razón sentía un vacío, unas ganas de llorar incomprensibles. Pregunté si habría misa y me dijeron que no, que la misa había sido el domingo. Pregunté si irían al panteón y mi mamá dijo que sí, pero por mi trabajo no me será posible ir a la misma hora que ellos. Le dije a mi mamá, ¿cuántos años han pasado ya?, ¿tres?, y ella respondió que cuatro.
Wow, el tiempo pasa muy rápido. Aún recuerdo el momento preciso en que supe que mi abuela ya no estaba, era un jueves y era mi día de descanso en el trabajo, me desperté y no había nadie en casa, miré los mensajes en mi celular y ahí estaba el mensaje. El mundo de repente dejó de girar y el tiempo no tuvo sentido, yo no tenía 23 años, tenía 5, tenía 10 y los pasaba al lado de mi abuela: nuestros viajes, nuestros abrazos, sus regaños, su risa y su voz poco a poco se desvanecieron. Pensar en que nunca la volvería a ver me abrió una grieta en el corazón que jamás sano y sé que nunca sanará. Nunca pensé que ella sería la primera que se iría.
Y han pasado 4 años. Yo prometí que cambiaría, y bueno, lo he hecho a paso lento pero seguro. Muchas cosas han pasado desde entonces, hoy me siento más mujer que niña, hoy me siento cansada de mi trabajo y quisiera poder tener más opciones. Hoy es martes y solo quiero llorar, quedarme en mi cama y que ella me abrace, que me prometa que todo estará bien, que solamente debo confiar. Todo estará bien.
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