-Últimamente ya no te gustan las cosas que antes te gustaban, y cuando hago lo que solía hacer, ya no lo encuentras gracioso, ¿todo está bien entre nosotros?, ¿contigo?
-Todo está bien.
-¿Por qué estás tan cambiada entonces?
-¿Qué quieres decir?
-Cuando nos conocimos comenzaste a jugar fútbol, y te gustaba desvelarte conmigo y ver comedias y películas de acción, ahora solo quieres leer todo el día y escuchar música que dijiste que no te gustaba--
-¡Gonzalo!
-No te entiendo Flor, no entiendo cómo te convertiste en una persona diferente.
-¿Qué no ves?, nadie puede quedarse y ser cómo era para siempre, ¡qué aburrido!
-Ahora me estás llamando aburrido...
-¡Gonzalo tienes que entender que no soy una linea!
-¿Qué estás diciendo ahora?
-¡Qué no soy una línea!
-Necesito que te expliques.
-Gonzalo, tienes que entender que nunca en mi vida he querido ser una linea, un camino en recta aburrido el cual puedas manejar con los ojos cerrados, ¡no!, yo quiero ser curvas y ondas y vueltas y círculos cuando menos lo esperes, ¡quiero sorprenderme!, cambiar de dirección, crecer, expandirme, volver al incio solo para crear un camino diferente, quiero que mi vida sea un viaje inolvidable donde jamás puedas quedarte dormido al volante, sino que tengas que prestar atención al paisaje, donde no quieras perderte ni un momento, donde parpadear parezca una amenaza, ¿me entiendes?
-Flor, no entiendo nada de lo que dices.
-Y ese es el problema...
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