miércoles, 29 de septiembre de 2010

Para tener en mente



  • Las cosas no son lo que parecen.

  • O me tomo las cosas demasiado personal, o estoy en lo correcto.

  • No puedo creer que me sintiera mal después de algo tan, pero tan ridículo.

Y es que así son las cosas; tú piensas "al fin me libre de esto o de aquello", pero lo que en realidad pasa es muy distinto. La realidad es bien difusa, lo que pasa es que, todo lo que vemos, es lo que queremos ver.


Y es por eso que aquí estoy, quejandome de nuevo, sufriendo, matandome por una insignificancia. Y ¿Cómo es posible? ¿Por qué me importa tanto? Me siento mal por cosas estúpidas. Ayer tan bien que estaba, hasta que aparece él, y me vuelve vulnerable, me revienta mi burbuja de la felicidad y me hace llorar en el momento menos indicado.

Lo odio...







...El problema es que no puedo engañarme a mí misma.

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