miércoles, 20 de octubre de 2010

Revienta. (Parte 1)

Ella no sabe lo que quiere. Ella esta perdida. Perdida como cada uno de nosotros, en este sendero, el que nos indica que todo está bien, qué no pasa nada. Pero ella sabe bien lo que pasa en realidad. Sabe que hay peligros escondidos y que nadie la va a poder salvar, por que es su turno, y la muerte no juega. Ella viene. Y las miradas, esta vez están perdidas, no hay tiempo para pensar, la salida esta más y más lejana. Y entonces, allí, donde todo y todos tienen miedo; a lo desconocido, a que las cosas salgan mal, sí, esos miedos que son reales, nada de estupideces, porque no va a soportarlo más. Es allí cuando tuvo la visión, de que tenía un destino que cumplir, y si desistía, si abandonaba este mundo, entonces el infierno la estaría esperando.
Pero no lo hizo, se trago sus palabras y regreso a la tierra de los vivos, de los vivos que están muertos, esos que solo piensan en cosas superficiales. Nunca le gusto vivir allí, pero ella tenía algo que hacer, y aquí empieza.

-Quiero algo más que esto Leni. No, no me mires así, quítate de una vez las dudas. Estoy bien, he dejado las ideas de la muerte, estoy aquí, ¿lo ves?
-¿Qué te han hecho?
-Vamos, esta vez quiero escucharte gritar Leni, no te detengas, vamos Leni, vamos. Grítales, a ellos, grítales.
- No estás bien, me voy. Quisiera quedarme aquí. Pero no más.
-¿Qué pasa? Ya no puedo soportar esto, Leni, ¿no lo entiendes? No quiero vivir en un mundo donde todos se interesan por cosas sin importancia. Tienes que ayudarme.

Días antes. Había hecho su plan a la perfección, cada simple detalle, lo había cuidado, no debía dejar nada inconcluso. Estaba segura de que su muerte había llegado.
No tenía a nadie a quien decir adiós. Su único amigo la consideraba una rara chica suicida, así que, cuando se enterara de que ella había tomado la decisión, finalmente, de irse de este mundo, sabía que no se sorprendería en absoluto. Tal vez –pensó, hasta lo va a considerar un alivio, sí, un alivio a la preocupación hacía mí. Leni estará libre cuando termine con esto.
Tomó su chaqueta favorita, y salió a la calle, luciendo despampanante como siempre, con su cabello negro mezclándose con el viento.
Llevaba casi una semana pensando en la manera más fácil de salir de este mundo, pero no lograba pensar nada. Las pastillas eran un método fácil, pero la espera se convertiría en agonía, y tal vez hasta podría arrepentirse. Ahorcarse, eso no era una opción, no. Esperar para ahogarse, eso sería desesperante. Así que cuando pensó que no tenía más opciones, se decidió por una que dejaría a alguien más con la mente llena de culpa, quién sabe, a lo mejor le iba a cambiar la vida a alguien después de muerta.
Se sentó en una pequeña banca, tomó un cigarro, el último –pensó. Atravesó la calle, sin temor alguno, sabía que para una de esas personas, la vida no sería igual. Tomó un último respiro y se paró justo en medio del camino, esperaba que pasara rápido. Que un coche solo pasara y acabara con el dolor, con el sufrimiento que el día a día traía.

-Nunca tuve una sola oportunidad, ¿sabes? Estuve la mayor parte de mi vida sola. Ni siquiera sé qué es la felicidad. Estoy aquí sin una razón. No sé para qué existo, yo no tengo idea.
-¿Qué quieres? Porque no puedes ver lo hermoso de cada día. Eres muy exigente.
-Tú no tienes idea, no tienes ni la más mínima idea, así que déjame aquí. ¡Yo no pedí nacer!, yo solo quiero salir de aquí.

“Sola. Sentada en el vacío. Buscando una droga que calme mí padecer. Siempre estuve sola, bueno capaz no. Capaz siempre tuve a alguien. Pero, de todos modos, igualmente me siento sola. La gente me abandona, me miente, me usa, me traiciona.
Algunas veces quisiera ser normal. Poder pensar en cosas básicas. Que me gusten cosas que a la gente le gustan. Ser aceptada. Ser feliz. LLenarme muy fácil...
Pero no creo que pueda.
La gente es falsa, yo no puedo serlo. Capaz ellos sean mayoría. Pero la ignorancia se mueve en masa. Aunque... si lo pienso bien, no sé que es normal. Nadie lo sabe. Yo solo sé que simplemente no lo soy.
Adiós Leni. Yo ya estoy muerta.”

-Te tomó mucho tiempo despertar, parece que ya estás mejor. ¿Sabes? Intentamos localizar a algún familiar tuyo, pero no hay registro. ¿Quieres que contactemos a alguien?
No se movió. Ni un centímetro, permaneció inmóvil; estaba asimilando la situación. ¿Dónde estaba?, y por qué no recordaba nada. Un recuerdo la golpeó con fuerza, era ella, corriendo, corriendo libremente por un campo, saltando y cantando una alegre canción, ¿estaba soñando? No. Se vio a sí misma en el piso, llena de sangre, y con gente a su alrededor. ¿Había muerto? No. Allí estaba, en una cama de hospital.
-¿Cuánto tiempo llevo aquí?
-No te exaltes, linda. Llevas aquí casi una semana. Gracias a Dios no ha sido grave. ¡Imagina lo que hubiera pasado! Pero él es bueno. Él te ha pagado todo.
-¿Quién…es él?

¿Cielo?
¿Infierno?
No sé donde estoy. ¿Qué es esto? Nunca le he temido al final, a la muerte, a lo desconocido. ¿No pueden aceptar que no hay nada? Es la simplemente la nada misma, ya lo descubrí. ¿Por qué no lo había hecho antes? Las heridas desaparecen, los recuerdos se van. Creo que me estoy yendo. Ya no hay realidad, ya nada existe. No veo luz, mis ojos se acostumbraron a la oscuridad y ahora todo lo que veo son llamas, me están cegando. Pareciera que el mundo se cae, el vacío es abrumador. Ahora me está llegando el arrepentimiento. No hay salida, ¿cómo llegué aquí? Necesito a la oscuridad, la voy a llamar, “ven, por favor”, le digo. Creo que me escuchó. Va llegando, sí, ya está aquí. No hay escapatoria. “Leni…” pienso por última vez.

-¿Qué quieres encontrar a quién?
-Leni, ya te lo expliqué tantas veces… ¿acaso no es simple? Tengo que encontrarlo a él.
-Seguro, ¿pero quién es el él? No estás bien. Ya te lo he dicho. Deberías haberte quedado en el hospital. Estoy preocupado por ti, lo sabes, ¿verdad?
-Yo quiero encontrarlo a él. Eso es lo que quiero. No me importa nada más. ¿Por qué Leni?, ¿Por qué no quiso que yo supiera su identidad?, ¿Qué trata de ocultar?
-¡Nada! Él quiere alejarse de ti porque te has parado en medio de una maldita carretera, y te has dispuesto a morir. A él le tocó pasar por esto. Él creía que ibas a morir, no podía con la culpa, ¿Es que no piensas? Déjalo así, por favor regresa a lo que eras…por favor.

Siempre es lo mismo. Termino llorando hasta quedar dormida, mirando mis cicatrices, mis piernas destrozadas. Todos dicen que he contado con mucha suerte. ¡Mentiras!, no es más que estupidez lo que sale de sus bocas. Suerte hubiera sido si yo hubiera muerto.
Y ahora Leni…él piensa que estoy loca, que he perdido la razón. A veces dice palabras que me hieren como cuchillos. No puede entenderme. Ni siquiera yo misma me entiendo. ¿Por qué me ha pasado esto? Leni dice que yo misma me lo busqué. Me gustaría algún día descifrar todo esto. Duele. El dolor es más fuerte cada día. Siento que si no lo encuentro, cada día que pasa una parte de mí se va.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En que te basaste es muy realista biendolo de mi punto de vista tienes ese don...

Anónimo dijo...

Ohh pero apenas es la parte 1 osea que habra mas wow apenas es el comiezo yes...