domingo, 22 de febrero de 2015

La voz de mi conciencia

Estoy acostada en mi cama y sentí que finalmente era hora de volver a escribir, como yo, contando cosas normales. Si no lo había hecho en algún tiempo es porque siento que estoy perdiéndome en medio de un montón de responsabilidades, y bueno, mañana todo se vuelve aún más diferente, todo cambia. El miércoles pasado me encontré a mi misma en las instalaciones de un lugar que marcó mi vida y para siempre: mi preparatoria, y me dije "estás bien", y algunas personas me reconocieron, otras no, a algunas no las reconocí yo. Pero estuve ahí como por dos horas y cuando al fin hice lo que debía de hacer, caminé hacia la salida preguntándome, "¿Estaré lista para hacer esto?", si algo he aprendido en los últimos años son cosas malas, ya no confió en mi como solía, ya no me siento tan inteligente o capaz. Y puede que esté temblando de miedo ahora, pero solo el tiempo y las circunstancias dirán de qué estoy hecha. 
No estoy triste, pero justo ahora estoy comenzando a llorar, extraño tener 17 y pensar que todo sería fácil, extraño tener 17 y estar llena de esperanzas. 
Sigo viéndome de 17, tal vez menos. Pero en mi cabeza hay una voz constante que quiere hacerme sentir incapaz. Quiero hacerla callar, voy a hacerla callar. Mañana seré una adulta, estaré bien. Estaré bien. 

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