Quería escribir hoy acerca de las mil cosas que han pasado por mi cabeza estos últimos días. Pareciera que fueran 5 años atrás: cuando tenía apenas 16 y nada parecía detenerme.
El anhelo a los días del pasado es lo que más nos mata, ¿no es así? Y Él.
Algunas veces me despierta las 2 am y me susurra "Tú no estás bien" y yo le digo que se calle y ya me deje dormir, pero a final de cuentas gana, yo me quedo despierta, con los ojos bien abiertos, y aunque en la oscuridad apenas y puedo distinguir su sombra, sé que me observa desde un rincón, esperando a que comience a cantarle una canción de cuna: solo así se duerme, este sentimiento que llamo amor.
Viajo y viajo esperando a que en una parada de autobuses se pierda y no me encuentre nunca más, pero es más listo que yo, creo que me ha puesto un gps y siempre logra encontrarme de vuelta, no importa si han pasado semanas y creo haberlo perdido, no importa si de repente creo haber encontrado el alivio: "estoy sola, se ha ido" me digo, solo para verlo sonreírme desde el otro lado de la calle. "¡Vete ya!", le he gritado tantas veces que he perdido ya la cuenta.
Amor, amor, amor.
Déjame en paz, le diría si estuviera aquí ahora, déjame para siempre, no vengas a buscarme maldito sentimiento, no me atormentes por las noches, no me hagas llorar cuando estoy rodeada de personas, no hagas que en mi cabeza los pensamientos vayan a mil por hora, no pongas en mi boca palabras de las que luego me arrepiento. No te quiero en mi vida amor, márchate ya. Has estado aquí desde siempre y mírame, mira en lo que me convertiste: en la niña que no crece, en la persona más dependiente y estúpida del mundo, ¿eso querías?
Sentimientos que no paran de seguirme, canciones que se me quedan grabadas como tatuajes en la piel, poemas que parecen sacados de mi corazón: amor, amor, amor.
¿Por qué estás en todo y en nada a la vez?
¿Quién te dio derecho de hacerme así?
Yo podría ir por la calle y encontrarte en los ojos de todos los hombres, yo podría mirar al cielo y verte en las aves que vuelan más alto, yo podría mirar al mar, entrar en él y convertirme en la sirena que siempre he querido ser, solo para hacer de los peces mis amantes, solo para que alguien me diga las dos palabras que iluminan mi alma. Sí, amor, tú sabes bien cuáles son.
Sentimiento lleno de ilusiones, que me haces ver cosas donde no las hay, que me matas cada noche, solo para revivirme al día siguiente y poder susurrar: "Aquí estoy, no me voy a ningún lugar".
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