Déjame preguntarte esto, ¿estás consciente del patrón que domina tu vida? Yo estoy consciente del mío desde hace algún tiempo ya: sé que todo camina en círculos, y a veces, a pesar de que quiero cambiarlo no lo logro. Identificar el patrón es el paso más importante, ¿qué hace que seamos como somos hasta hoy en día? nuestros patrones, aquello que nos mueve en un ciclo que no tiene fin.
Y, ¿cómo cortar el patrón? Ah, ese paso tan importante.
Quizá yo sé que siempre vuelvo a los mismos chicos que me hacen la vida un poco más triste cada día, y aún sigo repitiendo lo mismo, me encuentro con ellos de vez en cuando, digo que voy a cambiar, busco a algún otro chico que rompa con el patrón, pero a fin de cuentas me aburro y vuelvo a lo mismo; estoy tan acostumbrada a repetir la historia, que incluso pequeñas modificaciones me ponen ansiosa. Y esto es normal, vean a las personas a su alrededor: todas regidas por esta regla, nuestros patrones son dueños de nosotros, ¿no es así?
¿Cómo cortar el patrón? repito y no tengo ninguna respuesta. Hay que implementar estrategias que nos permitan alejarnos un poco de lo que habitualmente hacemos, ¿qué podría servir?, ¿qué puedo hacer hoy para que el día de mañana sea aunque sea un poquito diferente?
Tal vez dejar de hablar con los chicos que me hacen daño, salir, conocer gente nueva, enfocarme en la escritura, aprender cosas nuevas. Todo con la intención de romper el patrón.
Pero lo he hecho, ¿saben? a veces he pensado que he estado a punto de cortarlo, he hecho cosas diferentes, me he relacionado con personas que nunca pensé, he salido de la rutina, y ¿todo para qué? Para encontrarme a mí misma volviendo a lo mismo.
Quizá ya venga en mi chip, quizá nunca voy a poder romperlo, incluso si estoy plenamente consciente de él, quizá me gusta.
Ya lo sé bien: hago algo nuevo, conozco a alguien nuevo, creo que esta vez será diferente, me ilusiono, escribo cosas bonitas, luego -todo lo malo pasa, mi corazón se rompe, escribo cosas ahora llenas de dolor, vuelvo a creer en las falsas promesas, vuelvo a casa con el corazón aún más roto, y así infinitamente.
¿Cómo romper el patrón?
Es que...no lo sé.
jueves, 10 de marzo de 2016
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