Ingrid llegó a mi vida sin anunciarse, justo el primer día en que salí junto con ella y un grupo de amigos, conoció al amor de su vida, que vivía lejos de ella, pero dos años después siguen juntos y pronto ella se irá del país para vivir con él.
Ingrid llegó y poco a poco un espacio en mi vida se fue abriendo para ella: reuniones con amigos, y fiestas y un día nos vimos por primera vez solo ella y yo, fue como si una florecita comenzara a crecer entre nosotras, uniéndonos con su raíz.
Pronto fuimos inseparables, cualquier cosa que me pasara quería ir corriendo a contársela, teníamos secretos, ella me cuidaba en mis días tristes y aprendí muchas cosas que me dejaron pensando "¿cómo pude vivir tantos años sin ella?", Ingrid es la amiga que todos deberían tener en su vida: una luz que guía aún en la oscuridad infinita, una voz que no para de gritar tu nombre si estás perdida, la flor más bonita del jardín.
Yo sabía que Ingrid se iría eventualmente pero no pensé que pasaría tan rápido.
El próximo lunes tomará sus maletas, tomará la mano de su novio y se aventurará a lo desconocido. Yo no podría estar más orgullosa de ella: dejando atrás sus miedos para seguir el amor, Dios, todo el mundo sabe que ese es mi más grande sueño, y ella lo está viviendo. Lloro de felicidad al saber que hay amor ahí afuera, y que cosas hermosas aún suceden, y más aún: le suceden a mi mejor amiga.
Ingrid se va y me deja muchas cosas de ella en mí: su espíritu que siempre confía, su habilidad para creer en cosas increíbles, su risa, nuestros momentos juntas. Me duele el corazón al saber que no podré tenerla cerca, pero sé que siempre habrá maneras de vernos de nuevo, somos dos almas que se encontraron en un pequeño pueblo y compartieron una historia, somos dos amigas que se separan por primera vez, sabiendo que el amor nos unirá para siempre.
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