lunes, 22 de septiembre de 2025

Yo no sé pelear

 Tiene que haber una consciencia colectiva que no me permite aprender a pelear. Aprender de mis errores, aprender a no llorar. 

No importa cuánto tiempo haya pasado desde la última discusión: siempre parece haber un patrón que se repite. Yo me quedo en silencio con la cabeza llena de pensamientos que no sé cómo articular y con los ojos rojos llenos de furia que tampoco sé expresar. 

¿Es así para todos?, ¿hay algún curso que pueda tomar?, ¿dónde enseñan a ser emocionalmente inteligentes para discutir?, ¿por qué no es obligatorio aprender?, a fin de cuentas todos vamos a terminar discutiendo con alguien en algún momento. 

Yo no sé cómo hacerme entender sin acabar gritando y llorando. 

Crecí en una hogar donde las peleas eran raras, muy muy raras, pero los resentimientos estaban por doquier. Mis papás terminaban contándome lo que les desagradaba del otro, y yo sin saber que hacer. ¿Por qué no arreglarse entre ellos? 

Así que crecí evitando el conflicto a toda costa. Y hoy no sé cómo pelear. Cómo discutir para llegar a un fin. Cómo expresar mis disgustos sin sonar como una persona con una actitud agresiva. 

Seguiré tratando de aprender. 

lunes, 15 de septiembre de 2025

¿Qué sonido tiene el fin del mundo?

 Ayer en la tarde salí a correr un poquito después de las 5pm. Sabía que iba a llover entonces preferí salir más temprano de lo normal para evitar que me agarrara la lluvia. Justo cuando iba dando la vuelta y regresando a casa sentí unas gotitas y apreté el paso porque donde corro es pura terracería entonces se enloda en 5 minutos.

Después que llegué a casa empezó a llover poquito y a los 20 minutos ya estaba el tormentón horrible con viento y truenos. 

Estaba sentada en el sillón de la terraza y me puse a pensar, ¿cómo sería el fin del mundo?, ¿qué sonido tendría?, ¿qué sonido me gustaría que tuviera?, y como disfruto tanto de las lluvias fuertes pensé que en mi fantasía del apocalipsis me gustaría que fuera una tormenta sin fin, con relámpagos y truenos sin parar. 

Disfruto mucho el sonido de la lluvia, me relaja bastante y qué mejor que irnos con un sonido relajante de fondo...

martes, 9 de septiembre de 2025

Por primera vez gané

 Este domingo que acaba de pasar fui a correr 10km en Vallarta. La carrera era por la inclusión así que había muchos niños y perritos también corriendo y caminando.

Me tomé un mes para prepararme para esta carrera porque como ya había estado entrenando, sentí que no necesitaba tanto. En total hice 8 entrenamientos y me sentía bien, mi meta era hacer por debajo de la hora, y si hacía 55min iba a ser la más feliz. 

Se supone que la carrera iba a comenzar a las 7:30am y eso nunca es verdad, siempre todo se atrasa y creo que comenzamos casi a las 8am. Al principio todo bien estaba corriendo por debajo de los 5:30 el kilómetro, pero después de 4 kilómetros me empecé a cansar y bajé a los 5:40 por km. De todos modos sabía que iba a lograr mi meta de hacerlos en menos de una hora, pero me estaba exigiendo para hacer 55min. 

Total, no pensé que fuera a ganar nada porque nunca he ganado nada en una carrera, además me pasaron un montón de chicas y ya solo estaba luchando mentalmente por no bajar mi ritmo. Ya en el último km estaba bastante cansada y me fui un poquito más lento, pasaron los 55min y estaba por terminar y vi que me estaban esperando en la meta con un listón y me saqué de onda, me dije “a lo mejor esperan a todos los que van terminando 10k con el listón”, pero cuando crucé la meta todos me aplaudieron e hicieron escándalo y yo ah ok, que padre. 

Me fui a agarrar el famoso plátano y una naranja y un chico se me acercó a pedirme mi nombre y lo anoto en su cel donde decía 3er lugar. Me quedé en shock, ¿había ganado tercer lugar?, no podía ser. No pensé mucho y solo me quedé esperando a que mi amiga Jenny terminara sus 10k. Cuando cruzó la meta le dije “creo que gané tercer lugar jajaja” y ella me dijo “¿ves? Te dije que tenías buen tiempo?”

No le quise preguntar a nadie si había ganado algo o no pero nos quedamos a tomarnos fotos y agarrar jugos y helados. Hasta que llegó la hora de la premiación y *redoble de tambores* sí gané tercer lugar femenil. 



Aún sigo un poquito sin creérmela. Estoy feliz por haberme subido al podio por primera vez y solo me queda seguir entrenando porque tengo otra carrera de 10km el 25 de octubre. 

lunes, 1 de septiembre de 2025

Yo solía odiar las ensaladas

 Me volví vegetariana cuando tenía 14 años por varias razones: no quería comer animales, no quería causar estragos en la tierra que habitamos porque la ganaderia es una de las industrias más contaminantes y sobre todo: leí en una revista que mi ídola de ese entonces -Avril Lavigne- era vegetariana.

Con 14 años el mundo parecía un lugar donde las posibilidades de comer una comida "normal" era mínimas, especialmente viviendo en un pueblito pequeño y costero. Mi mamá siempre me ha apoyado en todo lo que he decidido hacer con mi vida así que se tomó el rol de chef para mi hija vegetariana muy en serio y siempre cocinaba para ella, mi papá y mi hermano y en un sartén diferente hacía algo para mí.

Pero ir a restaurantes era una pesadilla porque las opciones eran casi nulas: papas a la francesa, tostadas solo con frijoles y verduras encima, guacamole, enchiladas, sopes y gorditas con queso o champiñones, y mi más odiada opción: ensaladas. 

Crecer vegetariana era que todo el mundo supusiera que yo solamente me la vivía de comer ensaladas, y lo peor de todo no era eso sino que las "ensaladas" consistían en: lechuga, jitomate y cebolla. Así que claro, cada que me ofrecían una en un restaurante no podía hacer más que voltear los ojos y decir que no, "no me gustan las ensaladas", llegó un punto en el que la desesperación se apoderó de mi ser porque no había una salida sin que alguien me ofreciera una ensalada, ¡No quiero ensaladas! gritaba yo con exasperación, ¿no tienen algo más?, ¿coliflor?, ¿lentejas?, ¿frijoles?, ¿algo por el amor de dios?

Y esa fue mi adolescencia. 

Hace casi 4 años que volví a comer camarones porque fui de viaje a Mazatlán y de verdad que se me antojaba un montón un aguachile y pues me lo comí y fue como volver a nacer. No hubo vuelta atrás. A veces también como pescado pero prefiero limitar mucho su consumo. Anyways, el punto es que hace más o menos un año que mi percepción de las ensaladas fue cambiando, me di cuenta de que podían ser algo más que lechuga, jitomate y cebolla; mi mente se abrió a posibilidades que jamás había conocido. Hoy en día no tengo problemas con ordenar ensaladas de vez en cuando, mi favorita es la césar con camarón o pescado y en casa como ensalada al menos una vez a la semana pero le pongo un montón de cosas: mix de hojas verdes, alcachofa, atún, queso fecha, huevo duro, garbanzo... uff ya hasta se me antojó una.

Chistoso como todo en la vida es como un círculo, un ciclo sin fin...