sábado, 3 de septiembre de 2016

A veces pienso que te quiero, pero no estoy segura

Como hoy que estaba en tu casa y estabas dormido.

Yo te dije en la madrugada “me tengo que levantar a las 7” y tú dijiste “Yo a las 10”, ambos reímos.
Y hoy en la mañana me desperté antes de que mi despertador sonara, arreglé mis cosas, y me di cuenta de que tenía un labio roto y aún así tenía que ir a trabajar, viéndome como si alguien me hubiera golpeado.
Y es que quizá sí, es que tú siempre terminas golpeándome con las fuerzas de lo que dices que es amor y yo no me lo creo. 
Hemos repetido las mismas palabras una y otra vez y ahora tengo un discurso en mi cabeza que me sigue a todas partes, repitiendo como nunca me vas a querer como yo a ti.

En fin, estaba buscando mis pasadores entre toda tu ropa regada en el piso, me agaché y debajo de tu cama estaba una libreta roja, y tú sabes que soy curiosa, así que tuve que tomarla y hojearla, y ahí estaban: los dibujos que te pedí hace muchos meses, cuando apenas comenzábamos a hablar,  ¿recuerdas que te dije “dibújame a la dulce princesa”?, lo más seguro es que ya no lo recuerdes, pero eso significaba muchísimo para mí, tú dijiste que no, que no te saldría de todas formas, yo lo dejé pasar y lo había olvidado por completo.
Hasta hoy que vi que hiciste dos dibujos y les pusiste mi nombre. Casi me pongo a llorar en ese instante. ¿Qué nos pasó?, ¿cuándo te volviste una copia del hombre que más daño me ha hecho en este mundo?, ¿por qué no me había dado cuenta?

Quizá cada día estaban apareciendo marcas en mi cuerpo, moretones en los lugares más evidentes. Tan evidentemente a la vista que yo no los podía ver. El amor que sentía por ti me golpeo tan fuerte que me dejó aturdida.

Y esta mañana, al tener evidencia de lo que solías ser, de cómo yo solía importarte verdaderamente, me di cuenta de como la mayoría del tiempo pienso que aún te quiero, pero es que ya no estoy segura.

No hay comentarios: