Si me preguntas quién soy no sabría cómo responder.
Quizá incluso podría empezar diciendo que me asusta ver mi
reflejo en el espejo por más de 5 minutos.
La pregunta "¿quién eres?" comienza a aparecerse
por todas partes, incluso está escrita en este cuerpo que desconozco y en este
rostro que parece de niña.
Si me preguntas quién soy quizá diría alguna cosa
filosófica, intentaría citar a García Márquez o a Sylvia Plath.
Quizá, para que te des una idea, debo decirte todo aquello
que no soy, todas aquellas cosas que alguna vez me definieron y me ayudaron a escapar
de la pregunta que jamás he sabido responder.
No soy una chica triste.
No soy hippie.
No soy alternativa.
No soy vegetariana.
No soy bisexual.
No soy virgen.
No soy anoréxica.
No soy escritora.
Pero lo estoy intentando, porque no sé qué más puedo hacer;
porque soy ordinaria, una simple humana que se cuestiona cada día si dios
existe o que rayos está haciendo este mundo, soy tan ordinaria que incluso doy
risa.
Quiero lo que los demás quieren, ser famosa y ser amada y
vivir esta vida creyendo que todo tiene un significado.
¿Y qué si no?, y qué si no soy todas las cosas que he
intentado hasta ahora.
Lo perdido ya está allá afuera y yo me encuentro aquí
adentro, en este cuerpo que llevo mirando en el espejo por 20 minutos y aún así
no reconozco.
Quién soy, ahora que lo perdí todo y tengo miedo a estar
sola por el resto de mis días.
Quién soy detrás de todas las máscaras que me he puesto con
el objetivo de huir de la pregunta que intento contestar ahora mismo.
Y es que si me preguntas quién soy, por más que me mire al
espejo, no tengo la más jodida idea de cómo contestar.
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