Escribe acerca de la persona en la que siempre piensas.
Es difícil aceptar que sigo pensando en él.
Que cuando mi celular suena, espero con todo el corazón que sea él, buscándome, invitándome a romper las reglas, regresando a mí.
Pero no pasa.
Lo único que obtengo son miradas de compasión de los que me rodean.
La frase que ya me sé de memoria "ya déjalo, no vale la pena."
El alcohol en mis venas.
Es difícil porque una vez lo tuvimos todo.
O al menos eso creía.
Pero un día mientras iba caminando hacía mí nos pude ver claramente: la chica que no puede decir adiós y el chico que es adicto a los elogios.
Adoraba la tierra que él pisaba.
Estaba dispuesta a hundirme si eso significaba que me iba a querer.
Adiós.
Adiós.
Adiós.
Sigo esperando por una última vez, por un último adiós.
Lo veo por la calle y desesperadamente me doy la vuelta.
Camina en mi dirección porque sabe que no voy a poder decir no.
La tormenta.
La destrucción.
Él las trajo a mi vida y luego se fue.
Me enamoré locamente.
De la única manera que conozco.
Entregando hasta la ultima gota de mi ser.
Y si me veo al espejo ya no estoy ahí, solo están los rastros que él dejó.
La cicatriz en mis labios de un beso que me arrancó hasta la piel.
El cabello que solía estar largo y corté cuando se fue.
Los ojos que ahora parecen muertos.
Un cadáver que no pertenece a ningún lugar.
Si no es él,
si no está,
los días se van.
Pero antes me recuerdan que no volverán, y que tampoco lo traerán de vuelta.
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