Es gracioso cómo la vida te lleva a lugares extraños:
aprendes que tus patrones te siguen más que tus ex novios y que tus cosas caben las maletas más pequeñas, pero tus sentimientos son muy pesados y no los puedes llevar de un lado a otro. Sientes que ya no hay un lugar al que puedas llamar hogar, así que llamas a toda tu lista de contactos y esperas pacientemente a que alguien te pregunte si estás bien y entonces venga a rescatarte.
¿De quién?
¿De qué?
Tal vez de todos estos años acumulando tristeza, las capas de excusas que se te han formado y no sabes cómo arrancártelas y todo por querer protegerte.
Un día te despiertas y te das cuenta que la única que se interpone en tu camino eres tú. Tú y tu estúpido miedo a dar oportunidades.
En cambio, aceptas más trabajo, más clientes, más responsabilidades y dices que no cuando alguien te invita a salir porque "no tienes tiempo" y acabas llorando viendo netflix una y otra vez.
Es gracioso lo mucho que haz cambiado en el último mes.
Descubriste que puedes dormir en cualquier lugar pero no con cualquiera.
Has dejado de pensar en cuánto alcohol puedes consumir en una noche y ahora te preocupa la lista de mandado de la semana,
estás creciendo.
Quieres cambiar.
Estás cambiando
y ahora sí lo creo
ahora
creo
en
ti.
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