Hay días en los que te levantas y sientes que simplemente es uno más del montón. Yo he estado teniendo días buenos últimamente, y eso se siente raro, como siempre, tengo una vocecita en la cabeza que me dice que no todo puede estar bien todo el tiempo. Hay días en los que no lo sabes pero te cambiarán para siempre:
conocer al amor de tu vida
el nacimiento de alguien especial
un plan extraordinario formándose.
O simplemente, ver la que se convierte en tu nueva película favorita.
A veces se me olvida lo maravilloso que es experimentar esta vida: las risas, el roce de la piel, el sol, las estrellas, los pequeños gestos que hacen que todo sea espectacular.
No nos damos cuenta pero a veces los que llamamos días malos se pudieron haber arreglado simplemente con un cambio de actitud.
Aquí estoy yo, queriendo disfrutar la vida y a veces preocupándome demasiado, pero a final de cuentas, ¿qué más puede pasar?, de los errores se aprende y aunque no puedo viajar en el tiempo para arreglar todo aquello que me gustaría, puedo asegurarme de que este precioso y preciso momento sea una parte valiosa en mi rompecabezas de la felicidad.
Quién sabe qué estaré haciendo a un año de ahora, pero espero no olvidar, que el tiempo se nos acaba y la vida simplemente no espera, hay que vivirla.
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