Había una vez una chica que fue a un viaje: ahorró todo un año y estaba sumamente emocionada. Cuando llegó el gran día, subió al avión con un montón de ilusiones y una maleta llena de ropa de invierno. Fue un gran viaje donde conoció a un chico y se enamoró, en una semana su corazón quedó encantado, congelado en los días que pasó en el país lejano.
El chico se llamaba Egor y la chica nunca había conocido a alguien cómo él: tan extraño, tan diferente a su cultura, tan frío por el exterior pero con un corazón blandito, casi de plastilina y lleno de amor para regalarle. Pasaron días maravillosos juntos: tomados de la mano, visitando lugares increíbles y escuchando música de sus respectivos países
Pero el momento de despedirse llegó, la chica estaba triste pero el chico hizo una promesa poniéndose la mano en el corazón: Te visitaré en año nuevo. La chica lloró de felicidad, le hizo prometer por todo lo sagrado que no estaba solamente mintiendo y él dijo que no. Y así, con una promesa guardaba bien segura dentro del corazón, la chica de nuevo subió al avión con un montón de ilusiones y una historia de amor que contar.
Primera semana después del regreso:
Todo esta bien, llamadas diarias, fotos, anécdotas del día a día, quiero saber todo lo que haces, dímelo, te extraño, cuéntame tu vida, no quiero perderme nada.
Segunda semana después del regreso:
Quiero llamarte, ¿estás disponible?, todo está bien, aún te extraño, falta poco, falta poco. Quiero saber cómo estás, ¿cómo va el trabajo?, yo sé, es difícil pero el tiempo pasa rápido.
Tercera semana después del regreso:
¿Hola?, ¿estás ocupado?... ¿llegaste a casa?... ¿todo bien?
Cuarta semana después del regreso:
Siento que ya no quieres hablar conmigo Egor, ¿pasa algo?
Quinta semana después del regreso:
Veo que borraste tu instagram, ¿todo bien?
Sexta semana después del regreso:
...
Nada. De pronto Egor se convierte en nada más que un fantasma de un amor que ya no sabe si en realidad fue verdad o no, excepto por las fotos y sus recuerdos, no hay nada. Entonces la chica sabe que Egor no irá a verla, y pasa los días imaginando qué estará haciendo. Le cuenta a sus amigos y ellos dicen "olvidalo", y ella piensa "cómo si fuera tan fácil", y abre sus mensajes una y otra vez, esperando alguna explicación, pero no hay nada.
Un día abre instagram y lo ve de nuevo ahí, le manda un mensaje casi instantáneamente: "hey, regresaste", pero nunca hubo respuesta tampoco. La chica se pregunta qué hizo mal, ¿qué pasó?, ¿cómo puede alguien simplemente ignorar a otra persona y dejarla sintiendo como una loca?, pero cada vez duele menos, a veces pasa días sin pensar en él, hasta que finalmente llega año nuevo, y suenan las 12, y él no está, y tampoco hay mensajes en su teléfono.
Unas semanas después de nuevo en instagram, finalmente, la respuesta que tanto estaba buscando, "¿qué pasó?", resonó en su cabeza por un montón de tiempo, hasta que vio la foto: él y otra chica, en el lugar donde se supone que estarían juntos, en el mismo país. Había viajado, pero había traído consigo a otra chica. El teléfono entonces cae de sus manos, y lanza un grito que más bien parece el alarido de un lobo. ¿Cómo puede ser alguien tan malo?, ¿cómo puede no tener las agallas para decir la verdad?
Entonces, no hay opción, excepto tratar de olvidar, y lidiar con un fantasma que sabe que no se irá pronto, que quizá nunca lo haga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario