Es uno de esos días en los que me siento agradecida por todo: por levantarme temprano para mover mi cuerpo y mantenerlo saludable, por mi trabajo, por mis clases de jarana y portugués, por la comida que todos los días disfruto, por poder ir a la playa que me queda a unos minutos de casa, por haber conocido a mucha gente nueva, por saber que una nueva Janeth ha surgido en este año, y es una mucho más feliz.
Hace un año estaba enamorada de un fantasma, hace un año estaba en Canadá y tenía casi todos los días la sensación de no pertenecer. Pero algo cambió: más terapia, cursos, una visita de alguien muy especial, una semana con el amor que vino a enseñarme que la vida es lo que acontece aquí y ahora.
Y hoy, hoy soy feliz con mi realidad: familia, amigos, trabajo, con Mi Pueblo.
Gracias a dios, gracias al universo porque cada día me expando un poquito más y más. Y cada día el amor que tanto andaba buscando en el exterior se hace más luminoso dentro de mí. Mi niña interior está feliz, me abraza. Y yo, lloro de felicidad.
Vida, qué bonita estás ahora mismo.
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