viernes, 24 de junio de 2022

La historia del celular

 Ayer, después de dos días sin mi celular, porque me lo robaron, milagrosamente lo recuperé. Lo que me parece completamente increíble, pero voy a empezar desde el principio:

El martes fui junto a mi novio y su mejor amigo a LDM, porque teníamos que pagar la renta de nuestra casa allá. Pagamos la renta y luego fuimos a la playa, y como el agua estaba súper tranquila, yo fui a bañarme, dejando mi celular y mi bolsa en la arena, sin pensar demasiado en ello, porque cada que voy a la playa eso hago: nunca pienso que algo malo va a pasar. En fin, estuve nadando como por 20 minutos, y luego mi novio y su amigo se unieron, estuvimos en el mar juntos como por 5 minutos y decidí salirme. Nuestras cosas estaban a unos metros, pero no era muy fácil verlas porque una palmera estaba en el camino. Llegué y ahí estaba casi todo: la mochila de mi novio, la mochila de su amigo, una toalla, pero no estaba ni mi bolsa ni mi celular, así que pensé que quizá mi novio la había medido a su mochila, pero la busqué y no estaba tampoco. En ese momento aún no pensaba: me robaron, así que solo fui a hablar con mi novio para preguntarle: ¿dónde pusiste mi bolsa?, y él respondió: ahí debe estar sobre la toalla.

Los dos corrimos, porque automáticamente supimos que me habían robado. 

Preguntamos a la gente que estaba cerca a nuestras cosas pero todos dijeron que no vieron a nadie sospechoso. Le hablé a nuestra arrendadora, y ella le habló a la policía, yo estaba llorando porque me sentía muy frustrada, llamé al banco y cancelé mis tarjetas. La policía llegó y dijeron que no podían hacer nada, que si quería fuera a denunciar. Así que regresamos a San Pancho donde a través de mi computadora, pudimos localizar mi teléfono y bloquearlo, porque las personas que me lo robaron estaban entrando a mi whatsapp para tratar de estafar gente. 

Todo el día me sentí mal, no podía creer lo que había pasado, además, era el último día que iba a pasar con mi novio, porque al día siguiente volaba a ATL. Al final del día, logré calmarme, a fin de cuentas, todo lo que me robaron era reemplazable: tarjetas, credenciales y llaves. 

Ayer por la tarde le marcaron a mi papá de un lugar cercano a San Pancho, como a 30 minutos en carro más o menos, era un centro de computo, donde arreglan también celulares, y le dijeron: nos llegó este iphone que está bloqueado y tiene su número y lo reconocimos porque usted es cliente de aquí. Y wow, mi celular vuelve a mí de la manera más extraña, pero vuelve a fin de cuentas. Qué loco es el mundo, ¿no?, y qué rara la manera en que funciona todo, pero a fin de cuentas el karma existe y aquí estoy de nuevo usando mi teléfono. Sí, tengo que ir al banco y sacar mi credencial de nuevo, pero bueno, la lección está ahí: debo ser más cuidadosa. 

Fin.

1 comentario:

Henri dijo...

wooow que suerte tuviste de que tu papa haya forjado buenas amistades en la zona!