Bueno, seré muy honesta contigo esta vez 2013, la verdad es que desde un poco después de mitad de año no fuiste nada bueno conmigo; me enfermé, bajé demasiado de peso y me convertí en la persona más ansiosa que he sido hasta ahora.
¿Qué me deja este año? El haber aprendido que por más que uno quiera volver a ser la misma persona de hace algunos años, ya no se puede. Que los amigos verdaderos son muy poquitos, y sobre todo...que la gente cambia.
He sufrido mucho, aprendí lecciones valiosas acerca del amor. Ahora creo que es más importante dar todo el amor que está en mi corazón que recibirlo. Sé que esto tiene consecuencias: arriesgo demasiado. Pero creo que vale la pena correr el riesgo (aunque demasiadas veces termine llorando).
Ha pasado un año más y no he escrito nada de verdad. ¿Por qué es tan difícil? Creo que tengo muchas ideas, creo que son buenas, pero al momento de plasmarlas...no concluyo nada. Y es que precisamente ayer hablaba de esto; yo nunca acabo nada. No termino de escribir, no acabo de ver las películas, no veo completas las series, nunca termino la comida, no cierro los ciclos en mi vida. Incluso reflexionando me di cuenta de que unos años atrás no era capaz de terminar lo que había empezado con las personas; un día decía que estaba enamorada y al siguiente ¡bum!, ya no sentía nada. Y tal vez esto es lo más importante que aprendí de mi misma este año. ¿Cómo haré para resolverlo? Aún no lo sé.
Leí libros que cambiaron mi forma de ver a la literatura. Conocí al coronel Aureliano Buendía, quien me condujo a través de Macondo a vivir aventuras demasiado divertidas. Leí el amor en los tiempos del cólera y descubrí, tristemente, que un día me voy a convertir en Florentino Ariza, después vi la película y las lágrimas brotaron desde el fondo de mi corazón.
La película que más me gustó este año, fue Matrix. Un día mi maestro de epistemología nos obligó a verla...y la vida ya no fue la misma. Ya no sé qué es la realidad o hasta dónde llega. Creo que hoy en día más que nunca hemos convertido el internet en nuestra Matrix, aquí podemos ser lo que queramos, es nuestra arma más grande para difundir una apariencia que tal vez no se parezca en nada a lo que realmente somos. La realidad supera la ficción.
En música, pues hubo muchos, demasiados cambios. Yo creo que me volví un espécimen extraño, porque aunque me cueste aceptarlo incluso escuché canciones de moda que me gustaron (no diré nombres, lo dejo a la imaginación). Las cantantes que más me gustaron este año fueron Ariana Grande y Azealia Banks, que no tienen nada en común; la primera esta en su momento más grande de fama y la segunda es una dramaqueen que pocos conocen. Yo creo que mi grupo favorito de este año fueron los Yeah Yeah Yeahs. Volví a redescubrir mi amor por Kate Nash, Belanova y La Oreja de Van Gogh. Y una mención honorífica a Lana del Rey, porque su música también conquistó a mis oídos en este 2013.
Tantas cosas que pasaron, pero yo creo que la más importante fue la crisis existencial que hasta hoy en día sigo teniendo. Quería salirme de la escuela, quería irme bien lejos, pero en el fondo de mi corazón, yo sé la razón, y sé que es una tontería, pero es que tengo mucho miedo. Si ya arruiné las cosas una vez, ya no quiero volver a hacerlo. Por eso soy tan perfeccionista, por eso trato de siempre estar ahí, luchando por algo que no sé si me pertenece.
2013 lleno de amor. Porque a pesar de todo sigo contando con una persona que llena mis días y les da alegría. Él que siempre ha estado para mí, yo que siempre estaré para él. No hay más.
Esperemos que 2014 me traiga paz y tranquilidad; es lo que más necesito.
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