Ayer salí con mis amigas de la prepa; a algunas ya no las había visto en los dos años que han pasado desde que dejamos atrás esa etapa y a otras las sigo frecuentando o al menos se hace el intento. Comimos y nos divertimos como niñas pequeñas. Hablamos de las cosas que nos han pasado últimamente y de cómo todo ha cambiado, en su mayoría para bien. Me encontré también con un viejo compañero de la universidad...
Y ahí; mientras caminaba y sonreía como no hacía desde hace tiempo atrás, me sentí más feliz que nunca.
Los años han pasado. Una de mis amigas incluso ya vive con su novio y la cosa parece bastante formal, otra está a un año de terminar su carrera y seguro que se estará comenzando a preguntar, "¿Y ahora qué?". Hablamos de bodas, ¿quién se terminará casando primero?, hablamos de sueños, de futuros viajes, de encontrar al hombre perfecto: aquel que sea fiel, que tenga un buen trabajo y que nos quiera demasiado.
Después seguimos la fiesta en casa de una de ellas, y como a eso de las 12am me acosté y me quedé dormida. Solo para despertar a las 3am debido a un sueño horrible que luego se transformó en dolor de estomago. Y a esa hora de la madrugada me llegó un pensamiento que no había tenido antes: Ya somos adultas. Ya tenemos 20 años y no 15 como cuando nos conocimos.
Habrá que ver qué nos depara el futuro, espero que todas terminemos nuestras respectivas carreras. Espero seguir mirando atrás y poder decirle al mundo entero siempre que tengo a las mejores amigas del mundo. Eso me llena de alegría.
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