Recuerdo que me advirtió frecuentemente acerca del chico con el que estaba saliendo hace algunas semanas (el cual es su amigo), me dijo: "haz lo que quieras, pero no te enamores de él, no hay futuro ahí". Y yo traté de escucharlo, de verdad que sí, y no voy a ir tan lejos como para decir que me enamoré, no lo hice, pero sí me dolió cuando las cosas se acabaron.
Pero me he puesto a pensar mucho, mucho de verdad y llegué a la conclusión de que ya no sé si es mi culpa o no, es decir, el desarrollar sentimientos por estos chicos.
Leí o vi en alguna parte que cuando uno tiene relaciones sexuales, el cuerpo libera un montón de hormonas, y algunas de estas hormonas son las encargadas de que uno se sienta medio enamorado, medio en las nubes, porque sí, se libera la oxitocina, la dopamina y la serotonina y es ahí cuando los problemas comienzan.
Está por todas partes, nos lo advierten incluso: como en las películas donde un chico y una chica intentan ser amigos con beneficios y no funciona, y por qué, porque los sentimientos siempre se interponen, terminan surgiendo, incluso cuando se juró bajo lo más sagrado que los sentimientos jamás tendrían lugar.
Es que es inevitable, ¿no?. ¿cómo podemos ponerle un alto a nuestro propio cuerpo?, a un sistema que se ha desarrollado por años, siglos, milenios, y que ahora funciona casi a la perfección y nos hace sentir algo que quisiéramos no sentir.
Y bien, regresando al principio. Sí, mi amigo me lo advirtió, casi me escribió un contrato para que lo firmara diciendo "no vas a enamorarte de él, porque si lo haces todo se va a complicar", y yo casi lo firmé, pero me detuve a mí misma, porque me conozco, y sé cómo funcionan las cosas, después de todo, no fui a la universidad solo porque sí.
El caso es que aquí está el dilema: ¿qué hacer?, si vivimos atrapadas (en mi caso), entre dos -dualidades que no se ponen de acuerdo, por una parte está el corazón que nos dice "vamos, tú puedes, enamorate, vuelve a creer, quizá está vez funcione", por la otra está el cerebro, liberando sus terribles hormonitas del amor, y a la vez, advirtiéndonos que las cosas sí que pueden salir mal, liberando también pensamientos pesimistas, devolviéndonos a la realidad.
Dormir con los chicos implica un montón de cosas, no solo te desnudas y rezas porque no se vaya a dar cuenta del lunar que tienes por ahí escondido o por las estrías y esas cosas, eso -de verdad, que termina no importando, sino que lo verdaderamente importante es estar ahí en la cama, y darte cuenta de que estás sintiendo algo, que estás pensando en lo mucho que te gusta, que quizá pueda invitarte a salir después, que vas a extrañarlo si las cosas no funcionan, lo que de verdad importa es cuando te das cuenta de que no solo estás desnuda físicamente, sino que estás comenzando a entregarte de verdad, con tus sentimientos, con tus locos e indomables sentimientos.
Y es ahí cuando las cosas deberían acabar o empezar, eso ya no dependerá del cerebro o del corazón, eso depende de ti.
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