miércoles, 9 de agosto de 2017

Isla

Se nombró a sí mima Isla, como una advertencia.
"No vengan aquí buscando amor", decía,
"no van a encontrarlo por ningún lado."
En cambio,
sabía que ella era un lugar donde las personas iban a descansar,
a pasar unos días alejados de lo que ya conocían.
Pero,
¿quién iba a quedarse?

Al principio todo parecería perfecto,
lejos de todo,
rodeados de mar.
Pero luego las imperfecciones comenzaban a salir a la luz,
y sin un lugar donde correr a refugiarse,
¿qué más podría pasar?

La Isla se hizo para ser explotada.
De repente había un montón de edificios en ella,
los hacían y se iban,
dejando así una marca.
De repente lo que habitaba al principio se había ido,
para siempre.

Su orgullo parecía estar intacto a pesar de todo,
"al menos puedo decir que a mí nadie me ha nombrado",
pero con el tiempo,
más gente pasó por ella.
Empezaron a correr rumores,
Isla se había convertido en un lugar turístico.

La gente iba, se quedaba más tiempo del habitual,
pero siempre terminaban por irse.
Isla se empezó a hundir,
todos se dieron cuenta,
aún así no dejaron de ir.

Se llamó a sí misma Isla, como una advertencia,
pero nadie le advirtió a ella el poder,
ese que los demás tendrían y ella perdería de repente.
Un día,
alguien más decidió nombrarla,
y supo que había perdido la batalla.

"Manhattan", repetían una y otra vez,
"Manhattan", escuchaba y se hundía cada vez más.
"Manhattan", y se preguntaba hasta cuándo resistiría.

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