Un viernes por la mañana Tefi mandó un mensaje a los miembros del club: "fiesta hoy", y solo eso bastó para que los demás se emocionara y comenzaran a hacer los planes.
Se hizo de noche, y la reunión fue en la azotea de la casa de Mauricio. Estaban todos los miembros del club excepto por Talía.
-Las mujeres la tienen fácil, lo único que tienen que hacer es abrirse de piernas y ya está -decía Mauricio de repente.
-Yo creo que es al revés, cuando una mujer abre las piernas, la cosas empiezan a complicarse -contestó Tefi.
Los demás permanecieron callados, casi como si tuvieran miedo de abrir la boca. Karla y su novio se miraron de forma divertida.
-¡Que empiecen los shots! -gritó.
Talía no había hablado con Tefi desde que le confesó aquello "malo, muy malo" que había hecho. Se sentía entre la espada y la pared, porque por un lado ella también quería confesarle que aquello ya lo había vivido en carne propia, pero si lo hacía, no habría manera de controlar la situación.
Se acostó en su cama y se perdió en sus cavilaciones hasta que su novio llegó.
-Creo que es hora de que hablemos de -ya sabes qué -Le dijo ella.
-¿Otra vez vas a empezar con eso?
-Es importante
Hablaron un buen rato, pero todo en lo que Talía podía pensar era "cómo quisiera acabar con esto de una vez por todas."
En la fiesta todos empezaban a sentir que el alcohol se apoderaba poco a poco de ellos, especialmente Karla, que casi nunca tomaba.
-Realmente quería hacer esto -decía mientras le pedía a su novio que le sirviera otro trago.
Tefi habló de repente, extrañamente ni siquiera estaba tomando mucho.
-Quiero que me digan algo, y quiero que todo sean sinceros -su cara reflejaba seriedad extrema y los demás no sabían si reírse - ¿Alguna vez han estado con alguien y no logran que se le pare?, ¿o qué tan común es esto para los hombres?
Mauricio rió enseguida, los demás se miraron sin saber qué decir.
-¿Por qué la pregunta? -dijo Jen, que había estado callada casi todo el rato.
-Contesten -insistió Tefi.
-No sé, creo que depende de la situación -dijo Mauricio.
Tefi se quedó pensativa, y no tomó un trago más por el resto de la noche.
Se hizo bastante tarde y Karla apenas podía hablar, su novio la llevó a casa donde estuvo con ella y la ayudó a vomitar. Una vez que ella se calmó un poco, la sentó en un sillón grande y la abrazó.
-¿Sabías que Tefi había estado recibiendo mensajes de tu -amigo-? -le dijo, y su novio movió la cabeza en señal afirmativa, Karla continúo -Deberías hacer algo, se está saliendo de control otra vez.
-¿Y yo qué puedo hacer?, yo no lo controlo
-Todos conocemos a Tefi, y si eso no para... -ni siquiera terminó la frase, sabía perfectamente que Tefi no aguantaría demasiado antes de caer en aquel juego.
-Ella es una adulta, no podemos cuidar de ella como a una niña.
Karla sintió como su novio se puso molesto, y lo besó en señal de paz.
-¿Alguna vez te ha pasado? -le dijo divertida -lo que preguntó Tefi -ambos rieron, comenzaron a besarse y pronto, se olvidaron incluso de qué hora era.
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