Llegamos a Saturno casi a las 12, la madrugada era el mejor momento para empezar a bailar. Fuimos a la barra y pedimos cada quién un shot de tequila, que supo muy amargo mientras bajaba por mi garganta. Flinx vio a un chico que automáticamente captó su atención, y cómo no iba a hacerlo, si era tan alto como ella (2.34m), y el color de su piel, de un azul casi llegando al morado, era increíble, sus ojos rojos brillaban con la luz de la pista de baile. Después de un shot más y margaritas, las chicas fueron a la pista. Yo me quedé sentada, aún no me sentía del todo bien, el viaje había sido largo.
Era el último sábado de mayo, habíamos planeado el viaje durante semanas. Flinx había venido de Marte, Barbs de Plutón y yo de la Tierra. Nos habíamos hecho amigas por casualidad en una de esas conferencias a las que asistía por mi trabajo. Y al menos una vez al mes nos reuníamos para bailar en un planeta diferente, esta vez habíamos quedado de visitar Saturno. Nos arreglábamos tanto que tardabamos horas, incluso pintar nuestros labios era la tarea más importante del universo en esas ocasiones.
Las chicas bailaban sin parar, flexionando cada parte de su cuerpo, y al final de cada canción me pedían que me uniera a ellas, pero aún no tenía suficiente energía. Flinx finalmente se acercó al chico que le gustaba y lo invitó a bailar, él dijo que sí con entusiasmo. Dos canciones después y creí estar lista para ir a la pista, pero de repente algo extraño sucedió. Miradas por todos lados, hubo gritos y personas corriendo de un lado a otro, yo no lo noté enseguida, pero en cuanto pude, agarré a Barbs y Flinx de la mano, y corrimos tan rápido como nuestros tacones nos permitieron.
En cuanto estuvimos a salvo, refugiadas debajo de una mesa, Flinx y Barbs comenzaron a reír, reían tanto que parecía que alguien les estaba haciendo cosquillas. Yo no entendía nada, era como si de repente hubiéramos entrado a una dimensión desconocida.
"¿Qué pasó ahí afuera? Creí que íbamos a morir" dije temblando aún.
"A veces olvido que eres de la Tierra" dijo Flinx, y luego me explicó que lo que había sucedido era algo bastante común en los habitantes de Saturno.
"Lo que escuchaste fue el sonido de un corazón rompiéndose".
Yo no podía creerlo. Pero según ellas, los Saturnianos sentían con tanta profundidad, que cuando eran rechazados no tenían posibilidades de sobrevivir; su corazón se rompía en pedazos.
"¿Él está muerto?" pregunté aún confundida.
"Estará muerto hasta que su nuevo corazón crezca lo suficiente" respondió Barbs, de lo más normal mientras salía de la mesa y nos ayudaba a ponernos de pie.
La música comenzó a sonar de nuevo, bebidas iban y venían de mesa en mesa, como cortesía por todo el escándalo.
“Aún tengo muchas preguntas” dije a las chicas mientras se arreglaban sus peinados.
“Tienes que relajarte” contestó Flinx mientras me jalaba a la pista de baile, donde aún había pedazos del corazón de la persona a la que se le había roto. Mientras bailábamos, el personal de limpieza entró con escobas y limpiaron el piso, que después de dos canciones brillaba como nuevo.
Miré a los lados, no lograba entender aún qué había pasado. Quería sentarme pero las chicas no me dejaban ir.
“¿Hay más personas de la Tierra aquí?” pregunté al darme cuenta de que no veía Terrícolas por ningún lado.
“No te preocupes por eso” respondió Barbs mientras me pasaba otra bebida. La pista estaba a reventar, la música sonaba más y más fuerte. Sentí a mi corazón latiendo más deprisa, sentí como todos me miraban, casi esperando algo.
Barbs me puso una de sus manos en la frente. “Ya casi sucede” la oí susurrarle a Flinx. Me sentía mareada, quería dejar de bailar pero no podía, me recargue en la pared, miré alrededor y vi finalmente a otro chico de la Tierra entrar, sentí alivio por un segundo. Hasta que vi como el chico tomaba shots y sus amigos de otros planetas hacían como que los tomaban, pero los tiraban al piso. Mi corazón se sentía más y más acelerado, hasta que finalmente, no resistió más. Lo último que recuerdo es la sonrisa triunfante de Barbs y Flinx, después, cerré los ojos.
lunes, 7 de marzo de 2022
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