Ok, este fin de semana fui a visitar a una de mis más queridas amigas de la universidad: Jeny, que siempre ha estado en contacto conmigo y siempre me ha seguido los pasos de a dónde voy o qué estoy haciendo.
Recientemente emprendió un negocio bastante similar al mío donde de terapias de lenguaje y clases de regularización a niños de primaria, entonces, tuvimos bastante de qué hablar, porque además, ya teníamos más de un año sin vernos.
El volver a ver amigos de la universidad es como volver a vivir en esas épocas: qué pasó con equis y ye personas, ¿quién sigue junto con quién?, ¿qué pasó con fulanita?
A veces siento que el tiempo no ha pasado, pero en días como hoy, en que fui a la -universidad de nuevo, y me vi rodeada de un montón de "adultos-adolescentes", me veo forzada a verme y pensar: wow, el tiempo sí que ha pasado.
Y es que ya pasaron casi 6 años desde que me gradué (mayo de 2016), y aquí sigo, en el camino de nunca acabar que es el descubrimiento, el entender que nada en la vida es lineal, y que todo tropiezo nos lleva, a final de cuentas, a donde teníamos que haber llegado.
Pero bueno, volviendo a Jeny. Estábamos comiendo unos tacos, tomando unas cerveza, luego yo sugerí ir a una tienda de ropa de segunda, fuimos, luego un café, y ahí mientras íbamos de un lugar a otro, me preguntó "¿ya te salieron canas?"
Y oh - my - god, casi grito.
"¡NO!"
Y un montón de risas, y luego, pensar que estoy cada vez más cerca a esa edad donde es normal que te salgan canas. Aunque bueno, ¿a qué edad pasa eso?
No lo sé, solo espero que no sea pronto, porque de algo estoy segura: voy a correr a comprar un tinte, o al baño a llorar, o quién sabe, para ese entonces quizá voy a estar lista y ni siquiera me va a afectar, al contrario, me voy a reír... no sé, ya veremos.
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