viernes, 29 de noviembre de 2024

estoy bien con tomarlo con calma

Nací un martes casi a media noche, mi mamá dice que no le di mucha lata, pero que estaba muerta de nervios porque tenía 18 años y yo sería su primera hija, o hijo, no sabía con seguridad qué iba a tener. 
Mi abuela lloró cuando nací y también lloró cuando le dije que no quería seguir estudiando la universidad, porque entonces, ¿qué haría con mi vida?

Lo que hice fue creer en mí y crear un camino.
Uno que no había sido transitado nunca por las mujeres de mi familia:
-Soltera después de los 20s, sin hijos y trabajando independientemente, viajando por el mundo, siendo libre en maneras que ellas nunca lo fueron.

Los viernes por la noche puedo decir "el bar no cierra por otro hora, ¿por qué no tomamos otra cerveza?", puedo quedarme a bailar hasta el amanecer si quiero, puedo nadar en la madrugada, viendo nacer el sol, puedo correr y cuidar de mí.

Y estoy bien con tomarlo con calma. 
Tomandome mi tiempo, sin apuros, que el mundo siga girando mientras yo hago las cosas a mi manera, incluso si me toma más que a los demás, estoy bien con eso. Porque no tengo prisa ni tengo a nadie a quien probarle nada.

Nací un martes casi a media noche, quizá un alma vieja tomó posesión de mi cuerpo y después pasaré a otro más. 
He aprendido muchas cosas pero aún tengo muchas más que aprender...



domingo, 24 de noviembre de 2024

Estas palabras no me dicen nada

 Eran las 3:27 am, lo primero que hice fue ver el reloj cuando desperté escuchando un chillido afuera de la ventana, era un ruido tan extraño que me hizo enchinar la piel, al lado de mi cuarto estaba el de mi mamá pero no quería ir a molestarla, muy probablemente solo se molestaría si la despertaba. Cerré los ojos y me tapé de pies a cabeza con la cobija, intentando así calmar mi miedo, pero el sonido se hizo más fuerte, más intenso, imaginé qué podría ser, quizá un gato moribundo, o un perro, ¿una iguana?, ¿qué sonido hacen las iguanas? no lo sabía. Cerré los ojos de nuevo y seguí escuchando el sonido un buen rato hasta que no pude más y entonces salí de la cama.


Caminé cuidadosamente, tratando de no hacer más ruido, la casa estaba en oscuridad total y en el patio brillaba la luna, podía verla por la ventana. Abrí la puerta y salí cuidadosamente, alumbrando el camino con la linterna del celular. El sonido era aún más fuerte afuera, era como un niño llorando, pero debía ser un niño muy pequeño. Entre más me acercaba al baño de afuera, más fuerte se hacía. Nunca he sido valiente, de hecho me consideran la más miedosa de la familia, pero algo dentro de mí me decía que tenía que descubrir qué estaba pasando. Con las manos temblando abrí la puerta del baño, es un baño grande, casi tan grande como mi habitación, en el fondo hay una tapa del  tanque séptico; de ahí provenía el sonido, me imaginé a un niño ahí adentro y de nuevo tuve escalofríos por todo el cuerpo, pero cuando abrí la tapa y alucé con mi celular, lo único que vi fue una ardilla luchando por salir de ahí.


Me reí e inmediatamente se le relajó todo el cuerpo; no había nada que temer, pero la pobre ardilla, medio moribunda me miraba con sus ojitos tristes y lo único que se me ocurrió fue salir por una piedra, agarré la más grande que encontré y se la aventé, la ardilla lanzó un chillido final y cerré la tapa del pozo. Salí del baño y pensé en irme a mi cama pero tenía la sensación de que no iba a poder dormir más, así que me quedé despierta hasta el amanecer, sentada en una silla, contemplando la luna, como hipnotizada. Mi papá se despertó a las 5 en punto, porque tenía que irse a trabajar, abrió la puerta del patio y se sorprendió de verme despierta.


-¿Qué haces aquí afuera escuincla desquehacerada?

-Papá, no podía dormir.

-¿Y no pensaste en algo mejor que hacer que quedarte aquí afuera? te vas a enfermar, escuincla babosa.


A pesar de las palabras de mi papá, no tenía fuerzas ni ganas de entrar en la casa, solo seguí sentada, viendo como todo poco a poco empezaba a iluminarse. Sabía que mi mamá se levantaría a las 6 y entonces sí me iba a regañar y probablemente hasta a aventar un chanclazo por estar afuera, así que poco a poco me levanté de la silla y empecé a caminar a la puerta, cuando estuve a punto de abrirla empezó a temblar de la nada. Vi cómo todo se movía a mi alrededor y pude sentir un hundimiento bajo mis pies: la tierra comenzó a abrirse, quise abrir la puerta pero no pude, mi papá la había cerrado con llave, sino encontraba una manera de entrar en la casa, iba a caer al pozo gigante que se había formado.


Grité y golpeé la puerta como loca, llamando a mi mamá para que me abriera, el temblor se intensificó y pude ver a la ardilla muerta flotando en el pozo que se había formado en el patio. Me puse a llorar sin control, sollozando sin poder creer que moriría de una forma tan ridícula. La tierra seguía abriéndose y avanzando hacía mi, pero de pronto todo paró: el temblor, y mi llanto también, no podía entender qué había pasado hasta que vi a mi mamá parada frente a mí.

-¿Qué traes?, ¿eres tú la que está gritando como loca y no me dejó dormir?

-¡Mamá! -me lancé a abrazarla, ella se soltó de mi abrazo y fue por la ropa sucia que estaba en la sala -¡Mamá estaba temblando y se abrió un pozo!, mira -y señalé al patio, pero no había nada ahí, todo estaba normal.

Mi mamá, aún de espaldas y recogiendo la ropa me gritó “trae el suavizante para la ropa, no te estés haciendo pendeja, no sé qué chingados haces despierta tan temprano pero ya deja de estar de huevona”

Y así todo volvió a la normalidad.

viernes, 22 de noviembre de 2024

La danza de las mariposas

Me siento enamorada
escucho la música del viento que viaja entre hojas
y muevo la cabeza a su ritmo
mientras miro por la ventana
y me convierto en mariposa.

me siento enamorada 
te veo delante de mi y te persigo, 
con mis alas revoloteantes, 
bailando al ritmo del viento
siguiéndote de flor en flor,
oliendo el polén, saboreando su aroma.

Somos el momento en que alguien sale del tiempo
mientras nos ve bailar
y siente una nostalgia que viene de adentro,
tanta que no puede evitar danzar 
hasta volver a tener alas.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Cumplí 31 años

 El sábado pasado fue mi cumpleaños, y como siempre, me festejé con amigos y familia. El viernes tuve una pequeña reunión en mi bar con mi familia y algunos amigos, comimos pastel y cantamos canciones, me tomé unas cervezas y eso es todo.

El sábado fui con una amiga a ver High School Musical 3 en el cine porque la estaban pasando de nuevo, fue una experiencia bastante divertida porque todos los treintones estábamos ahí cantando y grabando. 



Luego fuimos de mini compras y terminamos yendo a cenar unas hamburguesas gigantes de camarón, me dormí como a las 10 am porque al día siguiente tenía el evento más esperado de mi año: mi medio maratón.


Me desperté a las 5 am con un dolor de pantorrila leve, me preocupé porque me dije "cómo es posible que entrené 7 meses para lastimarme en el último minuto", para mi buena suerte, mi amiga Karla, con la que me quedé, es enfermera y tenía por ahí una pomada que me puse y todo bien.
Llegamos a formarnos y calentar a eso de las 6:15am y la carrera empezó a las 6:30am.

Fue increíble. Me la pasé súper bien todo el camino, escuchando música de Charli XCX, de Major Lazer, pretendiendo que estaba de antro en vez de estar corriendo. Había bastante gente y eso me motivaba aún más. Todo fue risas y diversión hasta el kilómetro 18, donde dije "no manches ya no puedo más y aún me faltan 3 kilómetros", pues a un paso más lento pero logré terminar.


Mi meta era hacer menos de 2 horas y media, y lo logré, hice dos horas trece minutos. Estuve feliz todo el día, no podía creer que lo había logrado. Aún no estoy lista para un maratón, pero volveré a hacer un medio en abril y veré cómo me va.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Los 10 acontecimientos amorosos que han marcado mi vida

  1. Mi primer amor, el primerito de todos se llama Roberto. Nunca estuvimos realmente juntos, sobre todo porque teníamos respectivamente 7 y 6 años y pues ¿qué íbamos a hacer? Lo que sí hicimos fue bailar una especie de danza donde a mí me gustaba él por unos meses, luego se me pasaba, luego a él yo le gustaba, luego se le pasaba y así estuvimos hasta cumplir los 15 años, enamorándonos el uno del otro pero nunca en el momento adecuado. Esto me obligó a escribir un montón de cartas que nunca entregué, a llorar por montones y a pensar por muchos, muchos años que el amor no correspondido es el mejor tipo de amor. 
  2. Mi primer beso fue con Nicolás. Tenía 12 años y él 14, eran las fiestas del pueblo y todos los adolescentes gozabamos porque no teníamos la supervición de nuestros papás y podíamos vagar con nuestros amigos, así que aproveché y me fui a los columpios, un área de la plaza súper oscura donde varias parejitas estaban besándose y fajando. Bueno, a mí me gusta Nicolás desde hacía un montón y quería besarlo pero estaba aterrada de no hacerlo bien. Al final solo nos dimos un piquito, me decepcioné porque esperaba fuegos artificiales o sentir que algo dentro de mí cambiaba y se convertía en mujer, pero nada del otro mundo pasó.
  3. Mi primer "regaño" fue por tener novio. Siempre fui una niña bien portada, siempre con las mejores calificaciones, etc. Pero cuando estaba en la secundaria mi maestra de química le dijo a mis papás que yo tenía novio y que por favor me pusieran en mi lugar sino me iba a salir del buen camino, y así lo hicieron, se sentaron súper serios y me regañaron como nunca lo habían hecho; ¿lo peor de todo? yo ni siquiera tenía novio y solo eran rumores de niñas de secundaria. 
  4. Mi primera vez fue con Rubén. Tenía 18 años y fuimos a Sayulita, rentamos un hotel por la noche y no hubo fuegos artificiales de nuevo, sino que dolió bastante y casi nos dimos por vencidos después de varios intentos fallidos (ambos éramos vírgenes). Después de eso tuve mucho miedo de volver a tener relaciones porque sentía que iba a ser doloroso por siempre.
  5. El primero en romperme en pedacitos el corazón fue Rubén. Tenía 20 años e íbamos en la misma universidad, y se le ocurrió que sería buena idea tener dos novias al mismo tiempo, porque quizá en su mente nadie lo iba a cachar. Pero un día en una clase una de mis compañera me dijo "tengo que contarte algo, esperame a la salida", y ahí estaba la verdad: mi novio de dos años me estaba engañando, lo peor es que me tocó verlos juntos ese mismo día, él fingió demencia "solo somos amigos", pero era muy tarde, yo ya tenía el corazón roto. Y así aprendí que en los hombres hay que confiar muy poquito.
  6. La primera vez que le rogué a alguien que se quedara fue a Rubén. A pesar de que sabía que no podía confiar en él, saber que él ya no estaría conmigo fue un golpe muy fuerte; era mi primer novio formal, mi primera vez fue con él y yo creí que íbamos a estar juntos por siempre, así que hice cosas muy ridículas con tal de no perderlo, fue hasta mucho, mucho tiempo después que me di cuenta de que estaba peleando por salvar algo que ya no existía. 
  7. Mi primer amor adolescente fue Ulises. Hay incontables entradas en este blog hablando de Ulises, enamorarme de él fue como volver a tener 17 años (porque él tenía 18 y yo 21), como volver en el tiempo y empezar de nuevo y hacer las locuras que nunca me permití en mi adolescencia. Lamentablemente él nunca aceptó todo el amor que yo tenía que ofrecer y solo fuimos ami-novios o alguna cosa extraña que duró por muchos años hasta que harta de aceptar migajas de su amor, me fui decidida.
  8. Mi primer crush gay fue Faustino. Pobre Faustino, aún me acuerdo de él y me doy pena a mí misma. Porque era tan obvio que él era gay pero yo no quería verlo, y quizá solo estaba proyentando todas mis ilusiones y fantasías en él, pero hasta llegué a ir a sentarme frente a su trabajo solo para ir a verlo. Jamás cruzamos una palabra, pero seguramente pensaba que yo estaba loca, y sí, estaba siendo ridícula, pero, ¿quién no ha tenido un crush gay?
  9. Mi primer crush lésbico fue Kassandra. Y nunca le conté a nadie. No es que mis amigas no supieran que me atraen las mujeres, siempre fui muy abierta con respecto a mi sexualidad, pero el que me gustara Kassandra era ridículo en mi cabeza: ella era la típica mean girl con el pelo planchado todos los días, maquillaje exagerado y ropa súper ajustada. Jamás pensé en decirle algo sobre mis sentimientos, se hubiera asustado y hubiera corrido el rumor de que yo era extremadamente lesbiana. Cosas que nunca pasaron pero que a veces pienso en ellas.
  10. Mi relación actual. Conocí a Taylor hace 3 años, en un momento en que no estaba esperando nada de nadie, no quería una relación pero tampoco estaba opuesta a la idea de tener una. Y así, Taylor quitó muchos de mis miedos, me vio por quien realmente soy y me acepta así. No todo es color de rosa, empezamos a vivir juntos casi al mes de conocernos y empezamos un negocio juntos a los 8 meses más o menos, ha habido cosas muy buenas y también momentos muy malos, ha habido noches en las que pienso "¿estoy bien aquí?", porque estamos enojados, pero siempre logramos comunicarnos y resolver nuestros problemas, y diario nos elegimos, y creo que esa es la lección más importante hasta ahora.