domingo, 24 de noviembre de 2024

Estas palabras no me dicen nada

 Eran las 3:27 am, lo primero que hice fue ver el reloj cuando desperté escuchando un chillido afuera de la ventana, era un ruido tan extraño que me hizo enchinar la piel, al lado de mi cuarto estaba el de mi mamá pero no quería ir a molestarla, muy probablemente solo se molestaría si la despertaba. Cerré los ojos y me tapé de pies a cabeza con la cobija, intentando así calmar mi miedo, pero el sonido se hizo más fuerte, más intenso, imaginé qué podría ser, quizá un gato moribundo, o un perro, ¿una iguana?, ¿qué sonido hacen las iguanas? no lo sabía. Cerré los ojos de nuevo y seguí escuchando el sonido un buen rato hasta que no pude más y entonces salí de la cama.


Caminé cuidadosamente, tratando de no hacer más ruido, la casa estaba en oscuridad total y en el patio brillaba la luna, podía verla por la ventana. Abrí la puerta y salí cuidadosamente, alumbrando el camino con la linterna del celular. El sonido era aún más fuerte afuera, era como un niño llorando, pero debía ser un niño muy pequeño. Entre más me acercaba al baño de afuera, más fuerte se hacía. Nunca he sido valiente, de hecho me consideran la más miedosa de la familia, pero algo dentro de mí me decía que tenía que descubrir qué estaba pasando. Con las manos temblando abrí la puerta del baño, es un baño grande, casi tan grande como mi habitación, en el fondo hay una tapa del  tanque séptico; de ahí provenía el sonido, me imaginé a un niño ahí adentro y de nuevo tuve escalofríos por todo el cuerpo, pero cuando abrí la tapa y alucé con mi celular, lo único que vi fue una ardilla luchando por salir de ahí.


Me reí e inmediatamente se le relajó todo el cuerpo; no había nada que temer, pero la pobre ardilla, medio moribunda me miraba con sus ojitos tristes y lo único que se me ocurrió fue salir por una piedra, agarré la más grande que encontré y se la aventé, la ardilla lanzó un chillido final y cerré la tapa del pozo. Salí del baño y pensé en irme a mi cama pero tenía la sensación de que no iba a poder dormir más, así que me quedé despierta hasta el amanecer, sentada en una silla, contemplando la luna, como hipnotizada. Mi papá se despertó a las 5 en punto, porque tenía que irse a trabajar, abrió la puerta del patio y se sorprendió de verme despierta.


-¿Qué haces aquí afuera escuincla desquehacerada?

-Papá, no podía dormir.

-¿Y no pensaste en algo mejor que hacer que quedarte aquí afuera? te vas a enfermar, escuincla babosa.


A pesar de las palabras de mi papá, no tenía fuerzas ni ganas de entrar en la casa, solo seguí sentada, viendo como todo poco a poco empezaba a iluminarse. Sabía que mi mamá se levantaría a las 6 y entonces sí me iba a regañar y probablemente hasta a aventar un chanclazo por estar afuera, así que poco a poco me levanté de la silla y empecé a caminar a la puerta, cuando estuve a punto de abrirla empezó a temblar de la nada. Vi cómo todo se movía a mi alrededor y pude sentir un hundimiento bajo mis pies: la tierra comenzó a abrirse, quise abrir la puerta pero no pude, mi papá la había cerrado con llave, sino encontraba una manera de entrar en la casa, iba a caer al pozo gigante que se había formado.


Grité y golpeé la puerta como loca, llamando a mi mamá para que me abriera, el temblor se intensificó y pude ver a la ardilla muerta flotando en el pozo que se había formado en el patio. Me puse a llorar sin control, sollozando sin poder creer que moriría de una forma tan ridícula. La tierra seguía abriéndose y avanzando hacía mi, pero de pronto todo paró: el temblor, y mi llanto también, no podía entender qué había pasado hasta que vi a mi mamá parada frente a mí.

-¿Qué traes?, ¿eres tú la que está gritando como loca y no me dejó dormir?

-¡Mamá! -me lancé a abrazarla, ella se soltó de mi abrazo y fue por la ropa sucia que estaba en la sala -¡Mamá estaba temblando y se abrió un pozo!, mira -y señalé al patio, pero no había nada ahí, todo estaba normal.

Mi mamá, aún de espaldas y recogiendo la ropa me gritó “trae el suavizante para la ropa, no te estés haciendo pendeja, no sé qué chingados haces despierta tan temprano pero ya deja de estar de huevona”

Y así todo volvió a la normalidad.

1 comentario:

Coŋejo pestilente dijo...

Ay comadre, no sé de cual fuma pero comparta. Estuvo bueno su relato/sueño/cosa, pobre ardillita, se vengó al final haha.