martes, 29 de julio de 2025

En la montaña

Justo antes del atardecer una ardilla torpe se tropezó con un topo en una montaña llena de nieve. 
Era un día donde el invierno anunciaba su llegada, y la ardilla andaba como loca tratando de encontrar las últimas proviciones, ¿le daría tiempo de llenar su árbol preferido con sus almendras preferidas?, no lo sabía, y ahora esto: un topo rechoncho se atravesaba en su camino con su boca llena de pequeñas nueces.
-Eh, topo, no estés estorbando, no todos somos tan gordos como tú -le gritó la ardilla de prisa.
-¿Y tú que haces caminando por la nieve en vez de andar por los árboles?
-Que no ves que estoy buscando comida. Ya agoté los recursos allá arriba así que tuve que venir acá abajo.
-Así que estás robando comida de nosotros los subterráneos. Aparte de tonta, ladrona.

A la ardilla casi se le salieron los ojos del coraje, ¿cómo se atrevía aquella torpe creatura a llamarla ladrona?
-¿Por qué mejor no sales de tu escondite y arreglamos esto a la antigua?, ¿o qué, no puedes porque no cabes de lo gordo que estás? Topo obeso.
El topo dejó caer una a una las nueces que tenía en la boca y miró a la ardilla con una rabia que nunca antes había sentido.
Trató de salir de su pozo pero su panza no lo dejaba, trató y trató hasta que se rindió. 
La ardilla lo miró primero con gracia y luego con tristeza, pero luego recordó que ella también debía ponerse así de gorda y que estaba perdiendo el tiempo.

Tomó las nueces que el topo había tirado y siguió su camino. El topo descendió a su pozo y se quedó dormido casi instantáneamente. Al día siguiente ninguno recordaba lo ocurrido.

2 comentarios:

Coŋejo pestilente dijo...

Aquí ya va a haber guerra faunal entre gatitos y ardillitas, ya he escuchado gatos peleando en la calle, no sé si con ardillas o no, pero se respira la tensión en este campo de batalla.

Mª José Sánchez dijo...

Así es como andamos por la vida. Primero insultamos y luego nos ofendemos si nos ofenden. No tenemos empatía y si se nos escama una brisa de pena hacia cualquiera, nos sentamos a esperar que se nos pase. Triste humanidad.
Un saludo