domingo, 26 de agosto de 2012

Días.


En esta primera semana de universidad he pasado por todas las emociones habidas y por haber. No sé si las casualidades existen, pero hay algo que me dice que no.
Comenzando con la gran novedad que me encontré cara a cara con el pasado el primer día, como un cubetazo de “realidad” que me golpeó con fuerza.
Entonces sentí tristeza y decepción. Siempre pensando en cómo debieron ser las cosas, en las muchas oportunidades que tuve de arreglarlo y nunca hice nada.

Después emprendí la búsqueda de algo nuevo, pensé que tal vez alguien podría ser sustituto de esa persona y brindarme emociones distintas, mayores, emociones que opaquen la tristeza que se encuentra en mi alma, y entonces recordé la frase que dice “No te daré mi corazón, ya nadie  habita ahí”.
Sentía, como el espíritu se me hacía más pequeño cada vez que buscaba y no encontraba respuestas, sentimientos, personas.
Y entonces pasó que algo fuera de mí alcance que hizo que se suspendieran clases, casi como si la naturaleza me estuviera permitiendo un descanso de mis emociones. Salí, volví a la normalidad de lo que era, vi a personas que significan mucho y nada a la vez y ahí, mientras reía como hace mucho no lo hacía, comprendí que la voz del pasado está en mi conciencia y que nada puedo hacer para callarla.

Y así se me han ido los días.
Contemplando a gente nueva con la esperanza de que alguien se convierta en mi confidente, con ganas de que las risas que se me escapan por casualidad se queden más tiempo en mi memoria y deseando que las sonrisas que a veces veo, causen algún impacto en mí, que me enamoren.
¿Por qué busco el amor otra vez?
Sería mejor quedarme sola por un buen tiempo y reflexionar. Yo creo que sí. Mi corazón pide a gritos un descanso. Pero es que soy demasiado enamoradiza, o más bien estúpida.
Confío en que se me va a pasar y que todo va a volver a ser como siempre. Pero ya no soy quien era, ahora no tengo una idea, ¿en quién me convertí? Ojalá supiera.

No me arrepiento de nada, solo quiero tomar una decisión y que sea la correcta. ¿Debería de arriesgarme y tratar de solucionar lo que parece no tener solución? ¿Y si llego a un callejón sin salida? ¿Y si no encuentro la respuesta que quiero? ¿Y si…?

domingo, 12 de agosto de 2012

Me subí a la máquina del tiempo...

Y en ella viajé hasta el 2009, donde en las páginas de mi diario se escribía el amor más "loco", como yo misma lo llame, donde me dijeron por primera vez que me amaban para luego mandarme a la mierda y partirme el corazón. Donde estaba confundida acerca de mi orientación sexual y trataba con fuerzas encajar en lo que todos clasifican como "normal".
Año en que me fui de la casa por primera vez y tuve unas rachas de depresión enormes. Conocí a las que hoy son mis mejores amigas. Sufrí mucho y tropecé 2 veces rompiéndome el corazón.

2009 que no cambio por nada. Es mi año favorito. Porque representa el cambio que muchas personas temen a dar; el de irse a vivir la vida...aunque sea a una hora de distancia del pueblo natal.
Porque me presentó a esa chica que soy ahora y que aprendió, a partir de ese agosto, que nada es fácil.
Qué de los errores se aprende, por más cliché que suene.

2009 y 2012 se parecen mucho. Vaya que sigo luciendo igual. Sólo mis facciones se endurecieron un poco a causa de las lecciones aprendidas.
Sufriendo por amor, ¿es que alguna vez se va a terminar?
Mudándome de nuevo. Con la misma gente pero en otras circunstancias.
Asustada pero emocionada a la vez. Con un nudo en la garganta y mariposas en el estómago.
...Veamos qué sigue en este viaje. Es el comiendo del resto de mi vida.


viernes, 3 de agosto de 2012

Situaciones complicadas.

A veces, la mayoría de nosotros creemos estar pasando por problemas sin solución alguna, nos complicamos la vida con pequeñas cosas que después de un tiempo nos resultan cosa de niños.
Pues sólo hace falta ver todo desde la perspectiva de alguien más, para saber que hay personas que verdaderamente tienen problemas, problemas de verdad.


Ser adolescente es complicado, pero ser adolescente-adulto, a veces lo es más. Se tienen los mismos problemas que los adolescentes, pero debido a que ya se nos considera al mismo tiempo como adultos, el castigo es peor, las consecuencias también.

A esta edad, definitivamente nos encontramos con nosotros mismos, y a veces nos golpeamos duro contra la realidad, ¿es así cómo yo soy? y ¿dónde está la persona que fui por tanto tiempo?
Llega el amor y con él las relaciones se vuelven más íntimas, más complicadas también. Nos enseñan que hay que llegar vírgenes al matrimonio, pero si no sucede, ¿entonces qué? Y lo peor no es el castigo divino, "vas a ir al infierno", no, lo peor es el remordimiento de conciencia. Porque si el cuerpo no cambia, sí lo hace nuestra alma y un paso así de grande no se olvida con ninguna pastilla del día siguiente.

Llega la universidad y con ella la decisión más difícil e importante de nuestras vidas. Por un lado están nuestros padres que insisten en que a veces seguir los sueños no es suficiente, porque ser escritor no te va a dar para comer, porque ser fotógrafo hoy en día implica andar por bodas y fiestas, porque no puedes ser bailarín sin morirte antes de hambre. "¿Quieres ser una de esas personas que gastan 5 años de su vida estudiando para terminar trabajando en algo completamente distinto?"
Por otro lado están las cosas que son correctas, pero en las cuales no hay pasión. ¿Y si no funciona? ¿Y si desisto? ¿Y si...?

Llega el problema del dinero, porque si antes llorábamos si nuestros padres no nos compraban una simple golosina, ¿ahora a quién vamos a llorar para que nos pague la renta del hogar?
La responsabilidad de tener un empleo y estudiar a la vez es un peso muy grande sobre nuestros hombros. Pero así es la vida.

El asunto aquí es que crecer a veces no es más que agregar a la lista  preocupación tras preocupación. Aquí estoy yo, la adolescente-adulta. Preparándome para vivir por mi cuenta, preocupada por cosas que aún no pasan y por un trabajo que no tengo.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Casi siempre sucede...

...Que me encuentro a mí misma llorando por el "Cómo pudo haber sido".
Lamentando las palabras que lo cambiaron todo y que fueron el punto final de aquella historia. Tu historia, Nuestra historia.

Te da miedo, ¿no? A mí también. Yo creo que a todos. El amor es cosa seria y una vez que nos pega...ya nos chingamos. A ti y a mi nos pegó con ganas. Y eso fue todo. A medio camino nos quedamos sin más gasolina, y no hubo manera de comprar más combustible. Tal vez ni tú ni yo queríamos continuar con el viaje.

¿Sabes? Me pregunto si está planeado de esta manera. Si estamos en la parte del cuento donde todo se viene abajo y parecería que habría un final infeliz...pero es que eso no existe.
De alguna manera u otra el desenlace de la historia es siempre el mismo. El amor triunfa. "Y vivieron felices para siempre" FIN.

Qué estupidez más grande nos venden.

Tú te fuiste y ya. Corriste tan rápido como te fue posible dejándome sin energías para alcanzarte. ¿Cómo podría arriesgarme a vivir lo mismo otra vez?

Si soy sincera, el miedo más grande que tengo en esta vida es a que la historia se repita. A ser yo una copia de lo que mis padres vivieron.

Casi siempre sucede...casi siempre que me enamoro termino así.