Los desórdenes de comportamiento como síntomas
Un comportamiento perturbado que suscite alarma o
disgusto en otras personas puede constituir el primer indicio de que un niño
lucha con un problema emocional. Lo más corriente es que estas presiones
procedan del ambiente.
El comportamiento perturbado es una adaptación defectuosa.
Un síntoma es el comportamiento reiterado de
inadaptación. El síntoma es una comunicación. Es un mensaje disfrazado.
Para comprender el significado concreto de un síntoma es
necesario explorar las situaciones de vida, pasadas y presentes, pensamientos y
sentimientos.
Los desórdenes de comportamiento en el niño pueden
clasificarse útilmente en dos grupos
principales: 1) desórdenes de
comportamiento neurótico debidos a ansiedad excesiva; y 2) trastornos producidos por una
sociabilitación defectuosa.
Síntomas neuróticos y mecanismos de defensa
La ansiedad es la clave para comprender los síntomas
neuróticos. Ansiedad en diferentes etapas del desarrollo:
1) Ansiedad
primaria, temor de disolución o ruptura, consecuencia del conflicto entre
necesidades interiores y las provisiones ambientales inadecuadas: etapa oral.
2) Ansiedad
ligada a la vergüenza y a la pérdida del amor propio, consecuencia del
conflicto entre los impulsos primitivos y su prohibición exterior: etapa anal.
3) Ansiedad
causada por el sentimiento de culpabilidad, consecuencia del conflicto entre
impulsos primitivos y los dictados por la conciencia: etapa genital.
La ansiedad se produce cuando existe un conflicto, ya sea entre los deseos e
impulsos interiores de un lado, y el mundo exterior del otro, ya sea entre
impulsos interiores y la propia conciencia. Cuando la ansiedad se torna
insoportable, entran en acción ciertos procesos psicológicos que protegen al
individuo de la desorganización total. Estos medios son llamados mecanismos de defensa. El mecanismo
fundamental es el de
1) represión:
el deseo o impulso es reprimido hacia
el inconsciente. Pero estos recuerdos
no se pierden: siguen luchando por existir y de hecho hallan expresión de diversas
maneras indirectas.
2) Regresión:
se vuelve al comportamiento peculiar de una etapa anterior.
3) Negación:
falsificación de la expresión con fines de comodidad mental. La disminución de
su propia estimación y el agudo sentimiento de culpabilidad le impiden hacer
frente a sus propios actos.
4) Desplazamiento:
los sentimientos e impulsos apuntados contra una persona se cambian hacia otra.
5) Formación
de las reacciones: los sentimientos e impulsos desagradables se convierten en
sus contrarios.
6) Proyección:
implica atribuir a otros los propios impulsos inaceptables.
7) Aislamiento:
la emoción que acompaña a una experiencia se separa de ella, cuando los
sentimientos y las experiencias se aíslan unos de otras.
8) Caída
de la fantasía,
9) Intelectuación
o racionalización y,
10) Comportamiento
ritualista.
11) Sublimación:
creación de impulsos primitivos. Los impulsos en conflicto con el ambiente o la
conciencia se traducen en acciones sociales positivas.
Ninguno de los mecanismos de defensa descritos es anormal
en sí mismo.
Siempre que se emplean los mecanismos de defensa para
apagar la ansiedad ya no se dispone de los sentimientos reprimidos para probar
la realidad y para su modificación con la edad y la madurez. Siempre que se
reprimen conflictos infantiles en vez de resolverse por medio de la
sublimación, se produce alguna distorsión de la personalidad. Si el individuo
tiene que acudir a maniobras defensivas en forma masiva para alejar la
ansiedad, entonces buena parte de su personalidad sigue siendo infantil. El uso
desmedido de mecanismos de defensa en la niñez predispone a la persona al
desarrollo de neurosis en la vida posterior.
La sociabilización defectuosa como causa de síntomas.
1) Síndrome
de comportamiento agresivo no sociabilizado: delincuencia, agresión, soledad y
aislamiento. Aparece en niños con antecedentes de rechazo paterno caracterizado
por aspectos tales como ilegitimidad, rechazo directo y hostilidad indirecta.
2) Síndrome
de comportamiento agresivo bien equilibrado: actividades delictivas y agresivas
de pandilla en niños que se llevan bien con sus compañeros. Antecedentes de
indiferencia paterna y delincuencia en la familia.
3) Comportamiento
sobreinhibido: represión familiar, compuesta de un padre inconsciente y supercrítico,
una madre dominante y falta de sociabilidad en ambos padres: o afección o defecto
físico en el niño.
Bibliografía:
Bibliografía:
- Wolff, S. (1970), Trastornos psíquicos en el niño: causas y tratamiento. México: Siglo XIX.
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