lunes, 15 de septiembre de 2014

Origen de los síntomas

Los desórdenes de comportamiento como síntomas
Un comportamiento perturbado que suscite alarma o disgusto en otras personas puede constituir el primer indicio de que un niño lucha con un problema emocional. Lo más corriente es que estas presiones procedan del ambiente.
El comportamiento perturbado es una adaptación defectuosa.
Un síntoma es el comportamiento reiterado de inadaptación. El síntoma es una comunicación. Es un mensaje disfrazado.
Para comprender el significado concreto de un síntoma es necesario explorar las situaciones de vida, pasadas y presentes, pensamientos y sentimientos.
Los desórdenes de comportamiento en el niño pueden clasificarse útilmente  en dos grupos principales: 1) desórdenes de comportamiento neurótico debidos a ansiedad excesiva; y 2) trastornos producidos por una sociabilitación defectuosa.

Síntomas neuróticos y mecanismos de defensa

La ansiedad es la clave para comprender los síntomas neuróticos. Ansiedad en diferentes etapas del desarrollo:
1)      Ansiedad primaria, temor de disolución o ruptura, consecuencia del conflicto entre necesidades interiores y las provisiones ambientales inadecuadas: etapa oral.
2)      Ansiedad ligada a la vergüenza y a la pérdida del amor propio, consecuencia del conflicto entre los impulsos primitivos y su prohibición exterior: etapa anal.
3)      Ansiedad causada por el sentimiento de culpabilidad, consecuencia del conflicto entre impulsos primitivos y los dictados por la conciencia: etapa genital.

La ansiedad se produce cuando existe un conflicto, ya sea entre los deseos e impulsos interiores de un lado, y el mundo exterior del otro, ya sea entre impulsos interiores y la propia conciencia. Cuando la ansiedad se torna insoportable, entran en acción ciertos procesos psicológicos que protegen al individuo de la desorganización total. Estos medios son llamados mecanismos de defensa. El mecanismo fundamental es el de
1)      represión: el deseo o impulso es reprimido hacia el inconsciente. Pero estos recuerdos no se pierden: siguen luchando por existir y de hecho hallan expresión de diversas maneras indirectas.
2)      Regresión: se vuelve al comportamiento peculiar de una etapa anterior.
3)      Negación: falsificación de la expresión con fines de comodidad mental. La disminución de su propia estimación y el agudo sentimiento de culpabilidad le impiden hacer frente a sus propios actos.
4)      Desplazamiento: los sentimientos e impulsos apuntados contra una persona se cambian hacia otra.
5)      Formación de las reacciones: los sentimientos e impulsos desagradables se convierten en sus contrarios.
6)      Proyección: implica atribuir a otros los propios impulsos inaceptables.
7)      Aislamiento: la emoción que acompaña a una experiencia se separa de ella, cuando los sentimientos y las experiencias se aíslan unos de otras.
8)      Caída de la fantasía,
9)      Intelectuación o racionalización y,
10)   Comportamiento ritualista.
11)   Sublimación: creación de impulsos primitivos. Los impulsos en conflicto con el ambiente o la conciencia se traducen en acciones sociales positivas.

Ninguno de los mecanismos de defensa descritos es anormal en sí mismo.
Siempre que se emplean los mecanismos de defensa para apagar la ansiedad ya no se dispone de los sentimientos reprimidos para probar la realidad y para su modificación con la edad y la madurez. Siempre que se reprimen conflictos infantiles en vez de resolverse por medio de la sublimación, se produce alguna distorsión de la personalidad. Si el individuo tiene que acudir a maniobras defensivas en forma masiva para alejar la ansiedad, entonces buena parte de su personalidad sigue siendo infantil. El uso desmedido de mecanismos de defensa en la niñez predispone a la persona al desarrollo de neurosis en la vida posterior.

La sociabilización defectuosa como causa de síntomas.

1)      Síndrome de comportamiento agresivo no sociabilizado: delincuencia, agresión, soledad y aislamiento. Aparece en niños con antecedentes de rechazo paterno caracterizado por aspectos tales como ilegitimidad, rechazo directo y hostilidad indirecta.
2)      Síndrome de comportamiento agresivo bien equilibrado: actividades delictivas y agresivas de pandilla en niños que se llevan bien con sus compañeros. Antecedentes de indiferencia paterna y delincuencia en la familia.

3)      Comportamiento sobreinhibido: represión familiar, compuesta de un padre inconsciente y supercrítico, una madre dominante y falta de sociabilidad en ambos padres: o afección o defecto físico en el niño.



Bibliografía:

  • Wolff, S. (1970), Trastornos psíquicos en el niño: causas y tratamiento. México: Siglo XIX.

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