Soy como el agua, puedes ver cada parte de mí. No oculto nada, ni siquiera lo intento: puedes ver en mi algunas imperfecciones que salen a la superficie, está bien. He tratado de ocultarlas por tantos años, de removerlas, pero me di cuenta de que no servía de nada, que formaban parte de mí.
Y no pienses que soy como una laguna, un agua que está estancada, quieta, que espera con impaciencia a que el aire la mueva. No; yo soy un océano. No podría estar en calma incluso si luchara con todas mis fuerzas por ello. Dentro de mi late algo que me hace estar en constante movimiento: tengo vida dentro de mí, tengo esperanza, tengo tesoros escondidos y alguno que otro pirata ha venido en su búsqueda pero se ha rendido en poco tiempo.
Tengo tantas cosas que faltan por conocer; soy transparente. Estoy esperando a que vengas a buscarlas.
Y he empezado a crear maremotos, he empezado a salirme de la costa: voy más allá, porque te espero, porque te busco. No podría mentir, incluso si lo intento me sale al revés, así que dejé de hacerlo.
Éstas olas que ves desde el balcón, ésta fuerte marea: te quiere decir algo.
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