Compraste una estrella, porque tu vida es oscura y necesitaba algo de luz.
Le pusiste mi nombre, pero sabes que yo no soy tuya, porque nunca podrás ver que las estrellas son libres.
No somos dueños de nuestro cielo, solo somos dueños de nuestro infierno...y si no sabes eso ya, eso significa que no me conoces tan bien.
Aún así te gusta pensar que me conoces, y sigues comprando estrellas.
Podrías comprar otra estrella, pero eso no te va a cambiar: sigues viviendo en la oscuridad...simplemente así eres.
Simplemente así eres.
Compras estrellas hasta que la luz de los cielos se haya extinguido.
Venimos solos y solos nos vamos a ir, y no importa cuánto te esfuerces, las estrellas siempre van a pertenecer al cielo.
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