martes, 16 de junio de 2015

No hay respuesta

"¿Acaso no te lo advertí?" me susurró una noche.
"¿De qué hablas?" respondí, aunque sabía exactamente a lo que se refería. Meses atrás algo había pasado entre nosotros, la típica historia de dos amigos que en una noche de copas se convierten en algo más. Pero él me lo advirtió, el me lo dijo justo después, "esto no significa nada, solo somos amigos", pero es que yo siempre pienso que puedo salirme con la mía, y pensé que tal vez él cambiaría, que tal vez en realidad sentía lo mismo que yo por él.
Pero cuando quise volver a verlo, cuando comenzó a ignorarme, supe que ya no volvería a hacer igual, porque una vez que cruzas la raya, ya no hay vuelta atrás.
"¿Por qué haces esto?", me dijo, y yo no supe qué responder. ¿A quién engañaba?, no podría hacerlo ni a mí misma, yo sabía que estaba enamorada de él desde el principio, pero...¿por qué es tan complicado?
"Tú mereces a alguien mejor, a alguien que esté para ti cuando lo necesites. Y yo, yo no voy a ser esa persona".
"¿Entonces por qué me besaste esa noche?", respondí. Los dos nos quedamos sin respuestas, yo estaba en silencio pero mi cabeza se nublaba con palabras, con ideas llenas de ilusiones, que justo en este momento estaban muriendo, porque viéndolo a los ojos me daba cuenta de que ninguna de esas ilusiones podría convertirse en realidad. Pero es que ahí estábamos de nuevo: en una playa, con algunas copas encima y nuestros amigos lejos de nosotros; estábamos solos pero aún así nos sentíamos rodeados de gente. Yo no quería llorar, no quería que se diera cuenta de lo mucho que significaba para mí aquello, de lo que había significado la primera vez que había puesto sus labios contra los míos, cuando sentí que era solo para mí. Sabía que no podría ver mis lagrimas porque estábamos lejos de las luces del pequeño pueblo, pero aún así, no quería llorar, pero cuanto más pensaba en eso, más propensa y vulnerable me sentía.
Y entonces me besó de nuevo, pero esa vez, tan tiernamente que un montón de lagrimas comenzaron a resbalar por mis rosadas mejillas. "¿Por qué haces esto?" dije yo, pero no obtuve respuesta.
Quizá simplemente no había respuesta alguna, quizá algunas preguntas no están destinadas a obtener una resolución....
Pero aquí estoy, tres días después, preguntándome aún.
¿Por qué hiciste eso?
¿Qué soy para ti?

Y no hay respuesta

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