Cuando
pienso en amor, automáticamente pienso en el primer chico al que le dije Te
Amo, pienso en las tardes que pasamos juntos, en el olor a whisky barato, en la
comida chatarra que comíamos sin parar, pienso en todo esto mientras tomo un baño,
que es el momento del día en que más sola me siento.
Oh, como quisiera que
estuviera aquí, que uniera sus manos con las mías, poder escuchar su voz de
nuevo.
Cuando pienso en amor pienso en el primero.
“Es una
lástima”, pienso después, cuando el encanto se ha desvanecido, cuando ya no me
siento sola, cuando veo a través de la ventana de mi cuarto y el cielo es de un
color azul brillante, “Es una lástima que siga pensando en él a pesar de todos
los años, a pesar de que lo único que hizo fue engañarme una y otra vez”
Y entonces
cierro los ojos y comienzo a pensar acerca de mi vida. Acerca de por qué si
pienso en amor pienso en quien más me hizo daño. Y no hay respuestas. Tengo un
corazón al que llamo Electra porque se enamora de tipos que se parecen a mi
padre, que actúan como él, que me ignoran como él, a los que tengo que rogar
por atención, como a él, a los que no sé cómo hablarles.
Cuando pienso
en amor sigo pensando en su rostro, y es que todos tenemos obsesiones. El día
que deje de pensar en él sabré que habré ganado, mientras tanto sigo mirando al
cielo con la esperanza de que se me olvide su rostro, sus palabras, las veces
que lo vi con alguien más…
Algún día.
Ya no
estarás aquí.