En este ciclo de ansiedad
estoy arriba de la montaña
y un silencio más
me hará saltar al abismo de tus promesas.
El cerebro me lo advirtió
sería difícil sentirte mío en la distancia
pero el corazón ganó la batalla
cuando apareciste con un anillo en mano
y rosas en la otra.
Dije que sí sin pensarlo
pero te advertí que te fueras en libertad.
Dijiste que eras libre,
libre de amarme
y secaste mis lágrimas con besos
mientras tu avión partía.
El amor se acaba en la distancia
en los te extraños
y en los te veré pronto.
Los recuerdos se me consumen
en la ansiedad de pensarte ajeno.
Es que un anillo no basta,
quizá nunca será suficiente.
lunes, 4 de diciembre de 2017
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