Tefi estaba en sesión con su terapeuta, había empezado a ir hacía casi un año a terapia y sabía que no quedaba mucho tiempo ya para que la diera de alta, así que se sentía un poco melancólica.
-Entonces, cuéntame que ha pasado.
Y Tefi le contó acerca de su viaje y cómo había pasado 3 días con el chico de sus sueños, y al hablar, se dio cuenta de lo emocionada que sonaba, casi se sintió como una extraña en su propio cuerpo.
-Te acabas de dar cuenta de algo, ¿verdad?
-Creo que estoy bien, ¿no? -Tefi se encogió de hombros automáticamente, siempre que se daba cuenta de algo bueno no se sentía digna.
-Claro que estás bien. Pero, ¿qué tiene eso de malo?
-Es solo que a veces no me reconozco a mí misma, me aburro, necesito algo más, siempre, y no sé si algún día voy a poder estar satisfecha.
Se miraron unos segundos que a Tefi le parecieron una eternidad.
-Es como cuando los drogadictos salen de rehabilitación, ¿sabes? -continúo la terapeuta -ellos ven que a vida no es fácil, que tienen que salir y trabajar y seguir una rutina, y claro que es difícil, a lo mejor en ese punto se dan cuenta de que la vida que estaban teniendo antes era más fácil. -Y miró a Tefi a los ojos -así tú; has estado trabajando con un montón de cosas y todo ese peso extra que estabas cargando, toda la mierda que habías acumulado, ya no está; claro que ahora piensas, "bueno, ¿ahora qué?"
Morgan llegó un día a casa a altas horas de la noche, quería hablar con alguien pero no se sentía cómodo como para contarle a Mauricio o Tefi, así que solo se preparó un porro, salió al patio y se sentó a pensar. A pesar de estar en el club casi nunca hablaba de su vida amorosa, sobre todo porque era casi inexistente. Pero miraba a Tefi y veía como no le daba miedo contarle a todos acerca de su corazón roto y a pesar de todo estaba dispuesta siempre a salir herida con tal de encontrar el amor, a veces Morgan la envidiaba un poco por eso. Y luego estaba Mauricio, que parecía tan frío en el exterior si se trataba de amor, pero en el fondo, solo quería ser amado, al igual que él.
-¿Qué haces tan tarde? -le dijo Mauricio, que llegó de repente a casa y lo sorprendió.
-No sé, solo pensaba.
-¿Estás bien? -Y esa pregunta desató un montón de sentimientos en Morgan, que solo pudo hacer un gesto con la cabeza, y sintió como las lágrimas amenazaban con salir a chorros. -¿Qué pasó?
-Recuerdas al chico con el que solía salir hace tiempo -y Mauricio dijo que sí -Bueno, hoy lo vi de nuevo, en la playa.
-¿Y? -Mauricio sonrió para calmar el ambiente -No tiene nada de malo que te diviertas un poco, ¿sabes?
-No se trata de eso.
-¿Entonces?
Y Morgan no dijo nada, solo se levantó y dejó a Mauricio solo en el patio, con un montón de dudas rondando su cabeza y preguntándose cuándo la comunicación con Morgan iba a mejorar.
Mauricio y Tefi se reencontraron después de casi una semana sin verse un miércoles por la noche, quedaron de ir a un restaurante a cenar y a las 7:00 en punto, se sonrieron y Mauricio dijo:
-Woa, casi tres meses sin verte, te extrañé -Tefi se río y pidió unas cervezas para empezar. -¿Entonces? -continúo Mauricio -¿cómo estuvo tu viaje al extranjero?
Tefi sonrió bastante durante toda la noche y Mauricio también, ambos no podían ocultar su alegría, pero Tefi tenía algunas dudas que no tardaría en articular.
-Estoy feliz de que estés tan feliz por mí -dijo -nunca te cae bien ninguno de los chicos con los que salgo, pero por alguna razón él te cayó muy bien -Lo miró fijamente para luego continuar -Pero ahora, la verdadera pregunta es, ¿tú por qué estás tan feliz?
A Mauricio se le borró la sonrisa casi instantáneamente, le enseñó su celular, porque en ese momento le acababa de llegar un mensaje, Tefi leyó el destinatario "Mi amor" . Nadie dijo nada por unos minutos que se sintieron como una eternidad, hasta que Tefi terminó de comer y se dispuso a irse.
-¿En serio?, ¿estás molesta por esto?
-Si volviste con ella es tu problema, pero no sigas repitiendo errores y esperes que las personas que te quieren de verdad no se molesten.
-Tefi -suplicó Mauricio -no volví con ella y no planeo volver con ella.
-Por ahora -terminó Tefi -siempre es por ahora. -y se levantó solo para descubrir que a su celular también había llegado un mensaje de un número que no tenía registrado pero que conocía de memoria, decía "¿quieres que nos veamos? estoy disponible".
-¿Qué pasó? -preguntó Mauricio.
-Nada -y así de simple, Tefi se marchó.
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