Paul y Mauricio se reunieron un jueves en el Bar para
despedirse. Ya habían tomado bastantes cervezas y repetían los mismos temas una
y otra vez:
-No puedo creer que Tefi ya no está –decía Paul, Mauricio
solo asentía y suspiraba. -¿Cuánto tiempo ha pasado desde que se fue?
Mauricio no respondió y se preguntó qué hora sería en
Finlandia. Quizá Tefi ya estuviera despierta, le mandó un mensaje y espero unos
minutos pero ella no respondió.
-¿Cuál es el plan entonces? –le preguntó a Paul.
-Trabajar allá por cinco meses, pagar mis deudas y
regresar a tiempo para el cumpleaños de Tefi, porque ella va a regresar, ¿no?
Y Mauricio solo se encogió de hombros, en el fondo, de
verdad esperaba que Tefi regresara.
*2 meses antes*
Morgan, Mauricio y Tefi se citaron en la Cafetería.
Cuando llegaron Mauricio preguntó si debía invitar a Paul, pero Tefi le dijo
rápidamente que no.
-Lo vi ayer, está como loco –comentó.
-¿Qué pasó? –preguntó Morgan. Y Tefi les contó cómo ambos
habían salido a cenar y de repente Paul de nuevo le había dicho que la quería.
-¿Es que no aprende o qué? –dijo Mauricio.
Estuvieron un rato hablando de otras cosas, Morgan estaba
emocionado por regresar a Estados Unidos y quizá volver a la universidad, de
nuevo sentía que su vida tenía un propósito. Mauricio se sentía abrumado por la
presión de su trabajo y aunque quería
ocultarlo, sentía que su distanciamiento con Tefi se hacía cada vez más notorio
para los demás, estaba a punto de decir algo al respecto, cuando ella se le
adelantó a hablar:
-Tengo una noticia –Mauricio casi hacía un comentario
sarcástico, pero prefirió quedarse callado –ayer Adam y yo fuimos a hablar con
mi familia, y, ¡dentro de 4 semanas me voy con él a Europa! –terminó de hablar
casi gritando de emoción. Mauricio y Morgan abrieron los ojos como platos.
Mauricio sintió como el pecho se le encogía, y todo lo que hizo fue sonreír.
*
Paul estaba a punto de abordar el avión cuando sintió la
necesidad de hablar con alguien. Pensó en Tefi pero se dijo que seguramente aún
estaría dormida, así que decidió marcarle a
Kenan, su amigo con el que no hablaba desde hacía mucho tiempo.
-¿Hola? –Respondió Kenan -¿de verdad eres tú? –Paul se río
nerviosamente.
-Sí, soy yo. Estoy esperando un vuelo y no sabía a quién
más hablarle.
Conversaron por un buen rato, poniéndose al tanto de sus
vidas. Kenan estaba viviendo en Ohio y estaba a unos días de regresar al
Pueblo. Paul le contó que estaba demasiado nervioso por tener que hacer escala
en Los Ángeles.
-Todo estará bien –terminó diciendo Kenan al despedirse.
Paul se sentía como todo un perdedor; pensaba en como en
el último año lo había perdido todo, primero su novia de toda la vida lo había
dejado por otra chica, luego su familia se había enojado con él debido a que
había cometido demasiadas estupideces por querer recuperarla y justo cuando
creía que tal vez ya era el momento para estar con Tefi, ella se fue, así sin
más. También notaba como Mauricio se estaba refugiando en el alcohol y los
amores de una noche para no tener que lidiar con la soledad, pues Morgan y Tefi
ya no estaban, y ahora tampoco estaría él para consolarlo. ¿Qué sería de
Mauricio?
Escuchó como llamaban a los pasajeros de su vuelo para
abordar, así que tomó su pequeña maleta y comenzó a caminar.
*1 mes antes*
Mauricio estaba en casa de Tefi, observándola empacar un
montón de cosas.
-Siempre has sido la peor para hacer maletas –comentó
riendo. Ella también se río. Luego se puso seria y se sentó en el borde de su
cama, Mauricio estaba sentado en un sillón pequeñito.
-Ya va a ser un año de que regresé, ¿sabes? –dijo ella
–creo que nunca me había sentido tan derrotada: acababa de llegar de la gran
Ciudad y había fracasado por completo, pero, ¿sabes quién estuvo a mi lado
cuando más lo necesité? –y comenzó a llorar –Mauricio tú siempre has estado a
mi lado, y eso te lo voy a agradecer por siempre –le tomó la mano –no importa
qué tan lejos estemos, nada nunca nos va a separar, lo sabes, ¿no? –y él dijo
que sí con la cabeza, tratando de ocultar sus lágrimas.
-Te quiero –dijo.
-Yo más –contestó Tefi, luego, agarró una almohada y se
la aventó. Mauricio gritó y se lanzó sobre ella para hacerle cosquillas, Tefi
gritó como loca para hacerlo parar, hasta que ambos quedaron acostados,
riéndose.
-Te voy a extrañar –dijo Mauricio con lágrimas en los
ojos. Y Tefi no dijo nada, pero lo abrazó por lo que se sintió como una
eternidad.
*
Paul llegó a Los Ángeles 4 horas después. Esperó
pacientemente por su equipaje. Revisó su celular y vio que tenía mensajes de su
mamá, de Mauricio y uno de Tefi, que abrió rápidamente: “Sé que ya debes estar
en USA, suerte. Todo saldrá bien, te quiero.”, estaba a punto de contestarlo,
pero entonces sus maletas llegaron y tuvo que caminar hasta migración, donde le
hicieron las preguntas de rutina.
-¿A qué vienes? –le dijo el oficial, que tenía una placa
con su apellido escrito en ella y se veía de aspecto mexicano.
-Solo vengo a celebrar el cumpleaños de un amigo.
-¿Tienes tu boleto de regreso comprado?
-Aún no lo compro.
El oficial lo miró fijamente entonces, Paul no retiró la
mirada.
-¿Y eso por qué? –dijo finalmente el oficial.
-Es que quizá me quede un poco más de tiempo porque
también es el cumpleaños de un tío. –De nuevo el oficial lo examinó de arriba
abajo, Paul se empezó a poner nervioso pero estaba decidido a que no se notara.
El oficial hacia movimientos en la computadora, parecía disponer de todo el
tiempo del mundo. Paul se comenzó a
desesperar pensando en que quizá perdería su siguiente vuelo.
-Me temo que va a tener que acompañarme –le dijo el
oficial, tratando de esconder una sonrisa. Y en ese instante, lo único que Paul
pudo pensar fue “y, ¿ahora qué?…”
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