Ahí no me sentiré perdida.
No sé de ángeles o demonios,
pero sé que los viernes voy a caer al abismo de tus besos.
Apilaré todos los clichés del mundo y ni así lograría salir.
No es lógica.
La manera en que los celos llegan.
No es amor.
Y este ardor en el pecho será mi muerte.
Y una vez adentro no hay manera de salir.
Jamás creí que unos labios me condenarían.
Pero tu eres vida, maldita ilusión.
Y si un día llorando maldigo al destino
sabré que eres tu quien se ríe a lo lejos.
Será tarde pues otra mujer habrá caído en tu juego.
Cuando muera en tus labios ...
un sabor amargo, como a decepción.
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