Es fácil: cuando no haces absolutamente nada, tu mente tiempo para pensar en demasiadas cosas, y ya de por sí piensas demasiado.
Me estoy volviendo loca.
Porque no hay nada que hacer
excepto:
pensar,
pensar,
comer,
dormir,
pensar.
Anoche soñé que alguien me amaba, y dormía a mi lado. Qué emoción, qué fatalidad.
Ya nada tiene sentido.
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