"Podría construir un castillo con todos los ladrillos que me han arrojado", y vaya, han sido bastantes. Y es que mira: por más que digo que ya no quiero enamorarme, no puedo evitarlo, si alguien me invita a salir, voy a decir que sí, y me voy a emocionar, y me voy a crear una historia en mi cabeza, y el pobre hombre nunca podrá competir con ella, entonces, va a cometer un error, por más pequeñito que sea, y las cosas no van a cuadrar, y me voy a decepcionar, voy a llorar, no importa si es a solas o en medio de la calle o mientras camino a casa, voy a llorar mucho, él va a preguntar, ¿qué pasa contigo?, pero no puedo explicarlo, de verdad, es que no puedo.
Entonces, voy a dejar de hablarle, es más fácil, y él tampoco hará un esfuerzo, los dos entonces iremos por caminos separados.
Hasta que alguien más me busque, me hable o me invite a salir, voy a repetirme las mismas palabras: nunca más. Nunca más. Nunca. Más.
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