En el invierno de 2014 salió una película que vi y me dejó con la boca abierta, literalmente, y esa película fue Gone Girl (o en español, Perdida), la vi y me pareció una obra maestra, de verdad que sí, la vi varias veces, quería mostrársela a medio mundo porque quería que vieran lo buena que era.
En fin, hace unas semanas que estaba en el trabajo y de nuevo me surgió el pensamiento de ver esta película, así que la vi, y después pensé "no estaría ver leer el libro", así que lo descargué y durante la semana pasada lo estuve leyendo y lo terminé el domingo mientras iba en el camión camino a casa.
La verdad es que si había creído que la película es una obra maestra, el libro la deja corta, cortisima. El libro es mucho más detallado, explica mucho mejor todo, te da razones para que entiendas el comportamiento tanto de Nick como de Amy, hace que pienses "wow, qué gente tan retorcida".
En lo personal, creo que es el libro que mejor retrata al amor, al matrimonio, a lo que la gente ve como amor. En serio, es perfecto: manipulación, mentiras, infidelidades, esconder cosas, odio, rutina, rencores... y la lista sigue.
No creo que haya un libro que describa más a la perfección lo que es el amor hoy en día, porque incluso hay una parte que me encantó, donde Nick habla acerca de que ya no hay gente "real" en este mundo, y tiene razón: ya estamos programados para sentir este rango de emociones, que son las únicas que existen, ya sabemos cómo reaccionar ante las cosas, ya pensamos como todos los demás, somos el resultado de un montón de cosas, del pasado, simplemente: ya no somos reales, somos algo que ya está planeado.
Y en fin, el matrimonio, el amor, lo que empieza todo color de rosa y poco a poco se va tornando negro, y es que me identifico a la perfección con lo que describe Amy, ella dice, "no nos enamoramos él uno del otro, simplemente estábamos fingiendo ser otras personas. No es que hayamos dejado de sentir amor, es que dejamos de fingir".
Y sí que pasa, Amy habla acerca de la "chica cool", la chica que todas fingimos ser al principio, solo para poder ser la mujer ideal de ese hombre que nos tiene vueltas locas: esta chica a la que le gusta el fútbol, que sabe de deportes, que come comida chatarra, que bebe cerveza y aún así tiene un cuerpazo, "la chica cool", la chica que todos quieren, que sin embargo no es real.
Y cuando el tiempo pasa, y ambas partes dejan de fingir, es entonces que se acaban las risitas, que los defectos se asoman y sí, al principio nos negamos, decimos "bueno, solo es una mala racha", pero en el fondo, sabemos que las cosas solo van a ir de mal en peor.
Amy dice "el amor es estar dispuesto a aceptar las condiciones del otro", ¿es así?, yo así lo creo, porque, queramos o no, siempre hay alguien en la relación que está dispuesto a cambiar por completo si eso es lo que falta para permanecer juntos, y siempre hay alguien exigiendo cosas, pequeños cambios, "¿cuándo vas a cambiar?, ¿cuándo volverás a ser la persona de la que me enamoré?" y, ¿cómo explicar que esa persona en realidad no existe?.
lunes, 31 de octubre de 2016
lunes, 24 de octubre de 2016
Ali y Christian
La semana pasada me quedé sin internet por el fin de semana, lo que dio como resultado que de nuevo sacara a uno de mis viejos libros de su empolvamiento y lo volviera a leer, el que elegí fue "Un pequeño desliz" de Carole Matthews.
Y me sorprendí demasiado porque relata exactamente la situación por la que estuve pasando -y creo que sigo pasando en este momento.
El libro trata de una señora de 38 años, casada y con tres hijos que de repente se ve envuelta en una relación con un chico de 23.
Y digo, obviamente aún no cumplo los 38, ni estoy casada ni tengo hijos. Pero sí, sí me enamoré de alguien menor. Y el caso es que leyendo el libro me identifiqué demasiado con Ali, es decir ella sabe que la diferencia de edades es notoria, que lo que está haciendo no está bien, y aunque al principio deja pasar muchas cosas porque Christian la hace sentir feliz, relajada, le hace el amor como nunca pensó que podía hacerse, con el paso del tiempo se da cuenta que la idea de Christian con respecto al amor es una idea infantil, que en realidad es un inmaduro que se sigue acostando con cuanta chica tenga enfrente y que aunque sabe que no es bueno para ella, no sabe cómo desprenderse de él, ya que se vuelve algo así como una adicción.
Y vaya, parece que estoy hablando de mi.
Al final del libro obviamente Ali recapacita, sobre todo porque es diagnosticada con una enfermedad no muy bonita y Christian tiene que cuidar de ella, y es en ese momento en el que Ali se da cuenta de que Christian no es, ni será jamás una buena opción.
Christian, como todo chico que sabe que las cosas están por acabarse, se decide a reformarse: piensa que puede con las responsabilidades de su mundo y con las de Ali, le acaba comprando una caja de chocolates y una revista solo para llegar a casa y descubrir que ella se ha ido...
Bueno, yo aún estoy en la parte de la historia en donde quiero irme pero no puedo. ¡Es que de verdad no puedo!, no sé si hará falta que me diagnostiquen con algo raro para darme cuenta de cuánto valgo y lo poco apreciada que soy, no sé, estoy esperando por el momento revelación, ese en el que me decido a abandonar a Christian.
Y me sorprendí demasiado porque relata exactamente la situación por la que estuve pasando -y creo que sigo pasando en este momento.
El libro trata de una señora de 38 años, casada y con tres hijos que de repente se ve envuelta en una relación con un chico de 23.
Y digo, obviamente aún no cumplo los 38, ni estoy casada ni tengo hijos. Pero sí, sí me enamoré de alguien menor. Y el caso es que leyendo el libro me identifiqué demasiado con Ali, es decir ella sabe que la diferencia de edades es notoria, que lo que está haciendo no está bien, y aunque al principio deja pasar muchas cosas porque Christian la hace sentir feliz, relajada, le hace el amor como nunca pensó que podía hacerse, con el paso del tiempo se da cuenta que la idea de Christian con respecto al amor es una idea infantil, que en realidad es un inmaduro que se sigue acostando con cuanta chica tenga enfrente y que aunque sabe que no es bueno para ella, no sabe cómo desprenderse de él, ya que se vuelve algo así como una adicción.
Y vaya, parece que estoy hablando de mi.
Al final del libro obviamente Ali recapacita, sobre todo porque es diagnosticada con una enfermedad no muy bonita y Christian tiene que cuidar de ella, y es en ese momento en el que Ali se da cuenta de que Christian no es, ni será jamás una buena opción.
Christian, como todo chico que sabe que las cosas están por acabarse, se decide a reformarse: piensa que puede con las responsabilidades de su mundo y con las de Ali, le acaba comprando una caja de chocolates y una revista solo para llegar a casa y descubrir que ella se ha ido...
Bueno, yo aún estoy en la parte de la historia en donde quiero irme pero no puedo. ¡Es que de verdad no puedo!, no sé si hará falta que me diagnostiquen con algo raro para darme cuenta de cuánto valgo y lo poco apreciada que soy, no sé, estoy esperando por el momento revelación, ese en el que me decido a abandonar a Christian.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Decir adiós
Supongo que no manera correcta para decir adiós.
Y me refiero a los adioses que son para siempre.
Cuando sabes que no volverás a ver a la persona en cuestión.
Yo lloro cuando pienso en lo que pudo haber sido.
Tú lloras porque sabes que me extrañarás.
Lloramos cuando todo empieza a parecer demasiado real.
Hubiera preferido no irme nunca, haberme quedado en medio de ese charco de lágrimas que forme, pero haberme quedado contigo.
Esta vez es la definitiva, ¿no es así?
Ya no podemos seguir haciendo lo mismo una y otra vez.
Diciendo que dejaremos de vernos para al día siguiente estar ahí otra vez, repitiendo los mismos patrones, errores o cómo quieras llamarlos.
Ya no quiero besarte.
Abrazarte o hacerte el amor.
Ya no quiero que tus palabras se confundan con promesas, malinterpretar todo y terminar llorando.
Nunca me darás lo que quiero, nunca podré darte lo que quieres, y por eso es mejor decirnos adiós.
Y me refiero a los adioses que son para siempre.
Cuando sabes que no volverás a ver a la persona en cuestión.
Yo lloro cuando pienso en lo que pudo haber sido.
Tú lloras porque sabes que me extrañarás.
Lloramos cuando todo empieza a parecer demasiado real.
Hubiera preferido no irme nunca, haberme quedado en medio de ese charco de lágrimas que forme, pero haberme quedado contigo.
Esta vez es la definitiva, ¿no es así?
Ya no podemos seguir haciendo lo mismo una y otra vez.
Diciendo que dejaremos de vernos para al día siguiente estar ahí otra vez, repitiendo los mismos patrones, errores o cómo quieras llamarlos.
Ya no quiero besarte.
Abrazarte o hacerte el amor.
Ya no quiero que tus palabras se confundan con promesas, malinterpretar todo y terminar llorando.
Nunca me darás lo que quiero, nunca podré darte lo que quieres, y por eso es mejor decirnos adiós.
lunes, 17 de octubre de 2016
Mi sentido de la moda y los demás
Digamos que desde que yo era pequeñita, muchas personas se han empeñado en meterme sus opiniones por la garganta en cuanto a cómo me visto, cómo me peino, como me arreglo. Y la verdad es que hasta el momento no me había puesto a pensar detenidamente en esto, hasta que hace unos días pasó algo: yo estaba de lo más normal, viajando, y en eso me llega un mensaje de texto que decía "Deberías cambiar tu forma de vestir, te vistes muy anticuada".
Y la verdad es que en ese momento solamente me reí, pero luego miré qué estaba usando en ese momento y me dije "¿será verdad?", pero luego pensé "Es que a mi me gusta como me visto".
Y pensé y pensé, y recordé, como ya había mencionado, que cuando era apenas una niña, me gustaba tener el pelo demasiado corto, y entonces un día decidí cortármelo aún más, solo para escuchar opiniones como esta: "Pareces niño", ah, ok, así que nunca me lo volví a cortar así.
Me gustaba peinarme sola, pero un día decidí que me pondría un montón de pasadores en la cabeza, pasadores como estos:
Y de verdad que me puse un montón y salí a la calle de lo más feliz. Pero después cuando llegué a mi casa, oh, sorpresa, mi mamá me regañó. Me REGAÑÓ, y solo porque me había puesto eso en la cabeza, no es como que hubiera hecho daño a alguien. En fin, nunca más volví a ponerme cosas de más.
También desde muy pequeña me gustó elegir qué ropa me iba a poner, y recuerdo perfectamente un día que iba a una fiesta y estaba en casa de una amiga, yo me quería poner un pantalón y mi amiga insistía en que usara un vestido, así que para complacernos a ambas, me puse el pantalón y encima el vestido, y según yo, se veía súper bien, así que fui a la fiesta y me la pasé bailando. Hasta que al día siguiente me entero de que todas mis "amigas" y conocidas estuvieron hablando de mí, que porque me veía horrible, qué cómo era posible que usara semejantes cosas juntas...en fin, ya sabrán, nunca más use vestidos y pantalones juntos.
Y quizá hubo más incidentes así, pero esos son los que más recuerdo.
El punto es, ¿qué caso tiene?, ¿por qué la gente se la pasa criticando?, es decir, sí, es nuestra naturaleza, ok, lo acepto. Y no me molesta que critiquen mi estilo de vestir de hoy en día, porque sé que no me visto como todo el mundo, sé que tengo una debilidad por las botas, que jamás uso pantalones de mezclilla y mucho menos tenis, así que, hace unos días, cuando me dijeron: "deberías usar camisas normales, pantalones y ponerte unos converse o vans", sí me sentí ofendida, con ganas de llorar, porque, ¿quién rayos tiene el derecho de plantarse y decir qué es lo que se me ve bien y qué no?
Solo yo decido qué ponerme, no me importa si es invierno o primavera, yo voy a usar botas, no me importa que haga muchísimo frío, no me voy a poner pantalones, porque es mi elección.
Lo que más me entristece saber es que esto lo hagan con niñas y niños pequeños, que desde muy temprana edad les digan que no deben vestirse de ciertas maneras o que dejen de usar ciertos accesorios porque "se ve mal".
Es que, ¿quién rayos decide qué se ve bien y que no?
Veo muchísimas pasarelas, porque me encanta, y mi diseñador favorito es Valentino, y me encanta y me pondría todas sus piezas sin pensarlo, sin embargo sé que hay cosas que veo en pasarelas y digo "¿qué rayos es eso?", pero ahí está, en una PASARELA.
No sé cuál es mi punto aquí, solo quisiera que la gente mantuviera su boca cerrada cuando de trata de las decisiones de los demás, sobre todo a la hora de elegir el color de pelo, el color de uñas, el color de ropa y el tipo de zapatos. Para algunos de nosotros esto es lo más emocionante del mundo: abrir el closet y pensar ¿qué voy a usar hoy?
Y a todos los que como a mí han criticado y seguirán criticando, espero que sepan que sus decisiones son suyas y solo suyas, y si cuando salen a la calle se sientes maravillosos con lo que visten, entonces estarán bien. Porque a mí nada me da mayor seguridad que salir a la calle con mis botas, un vestido y una sonrisa. No dejemos que gente con un montón de basura en su cerebro nos haga sus blancos.
Seamos libres.
Siempre.
Y la verdad es que en ese momento solamente me reí, pero luego miré qué estaba usando en ese momento y me dije "¿será verdad?", pero luego pensé "Es que a mi me gusta como me visto".
Y pensé y pensé, y recordé, como ya había mencionado, que cuando era apenas una niña, me gustaba tener el pelo demasiado corto, y entonces un día decidí cortármelo aún más, solo para escuchar opiniones como esta: "Pareces niño", ah, ok, así que nunca me lo volví a cortar así.
Me gustaba peinarme sola, pero un día decidí que me pondría un montón de pasadores en la cabeza, pasadores como estos:
Y de verdad que me puse un montón y salí a la calle de lo más feliz. Pero después cuando llegué a mi casa, oh, sorpresa, mi mamá me regañó. Me REGAÑÓ, y solo porque me había puesto eso en la cabeza, no es como que hubiera hecho daño a alguien. En fin, nunca más volví a ponerme cosas de más.
También desde muy pequeña me gustó elegir qué ropa me iba a poner, y recuerdo perfectamente un día que iba a una fiesta y estaba en casa de una amiga, yo me quería poner un pantalón y mi amiga insistía en que usara un vestido, así que para complacernos a ambas, me puse el pantalón y encima el vestido, y según yo, se veía súper bien, así que fui a la fiesta y me la pasé bailando. Hasta que al día siguiente me entero de que todas mis "amigas" y conocidas estuvieron hablando de mí, que porque me veía horrible, qué cómo era posible que usara semejantes cosas juntas...en fin, ya sabrán, nunca más use vestidos y pantalones juntos.
Y quizá hubo más incidentes así, pero esos son los que más recuerdo.
El punto es, ¿qué caso tiene?, ¿por qué la gente se la pasa criticando?, es decir, sí, es nuestra naturaleza, ok, lo acepto. Y no me molesta que critiquen mi estilo de vestir de hoy en día, porque sé que no me visto como todo el mundo, sé que tengo una debilidad por las botas, que jamás uso pantalones de mezclilla y mucho menos tenis, así que, hace unos días, cuando me dijeron: "deberías usar camisas normales, pantalones y ponerte unos converse o vans", sí me sentí ofendida, con ganas de llorar, porque, ¿quién rayos tiene el derecho de plantarse y decir qué es lo que se me ve bien y qué no?
Solo yo decido qué ponerme, no me importa si es invierno o primavera, yo voy a usar botas, no me importa que haga muchísimo frío, no me voy a poner pantalones, porque es mi elección.
Lo que más me entristece saber es que esto lo hagan con niñas y niños pequeños, que desde muy temprana edad les digan que no deben vestirse de ciertas maneras o que dejen de usar ciertos accesorios porque "se ve mal".
Es que, ¿quién rayos decide qué se ve bien y que no?
Veo muchísimas pasarelas, porque me encanta, y mi diseñador favorito es Valentino, y me encanta y me pondría todas sus piezas sin pensarlo, sin embargo sé que hay cosas que veo en pasarelas y digo "¿qué rayos es eso?", pero ahí está, en una PASARELA.
No sé cuál es mi punto aquí, solo quisiera que la gente mantuviera su boca cerrada cuando de trata de las decisiones de los demás, sobre todo a la hora de elegir el color de pelo, el color de uñas, el color de ropa y el tipo de zapatos. Para algunos de nosotros esto es lo más emocionante del mundo: abrir el closet y pensar ¿qué voy a usar hoy?
Y a todos los que como a mí han criticado y seguirán criticando, espero que sepan que sus decisiones son suyas y solo suyas, y si cuando salen a la calle se sientes maravillosos con lo que visten, entonces estarán bien. Porque a mí nada me da mayor seguridad que salir a la calle con mis botas, un vestido y una sonrisa. No dejemos que gente con un montón de basura en su cerebro nos haga sus blancos.
Seamos libres.
Siempre.
lunes, 10 de octubre de 2016
Voy a escribir poesía
Voy a escribir un libro lleno de palabras
que expresen cuanto te quiero, voy a escribir poesía por las noches, siempre
antes de dormir, y justo antes de quedarme dormida escribiré las palabras “Te
amo” con el último esfuerzo de mis brazos.
No pareces entenderlo aún, no creo que un
día logres entender. Te encerraste en esa torre y lanzaste la llave al viento.
Esta historia está al revés, ¿no debería yo
ser a la que rescatan?, ¿quién soy?, ¿Soy el villano acaso?
No me parece que estés en peligro pero algo
dentro de mí me grita que debo ir a tu encuentro, que debería liberarte de tu
encierro. Así que iré, iré a buscar esa llave y una vez que la encuentre me la
voy a atar al corazón.
No pronunciaré palabra alguna hasta que
estés de nuevo en mis brazos: mis palabras te pertenecen y seguramente las escuchas
al dormir. Se las doy al viento cada día al amanecer, sólo él y tú saben mis
secretos, sólo él es capaz de llevarte mis pensamientos, mis ideas, mis
delirios y mis ilusiones. Pero dime, ¿qué les haces cuando llegan a ti?
¿Eres acaso tú el villano?, ¿acaso las
destruyes, las haces a un lado?
Escribo porque prometí que no hablaría
hasta encontrarte, y cada día una página más se llena con palabras que están
llenas de deseos por volverte a ver.
¿No comprendes aún?, si es que tienes una
manera de salir de donde estás, deberías considerar hacerlo. Todo a mí
alrededor se secó y se convirtió en oscuridad. Las flores que antes me llenaban
de alegría y emoción se han secado, los árboles ya no están para que los abrace
y les cuente acerca de ti, el océano dejó de susurrarme poemas de amor que
venían de todas partes del mundo.
Porque no soy la única. Cada noche, antes
de que partieras, me sentaba a la orilla del océano y comenzaba a cantar, mi
voz se fundía con el sonido de las olas y pronto el mar me respondía: ahí
afuera hay millones de personas que sienten amor, que se sientan y le cuentan
al océano sus historias. Y así pareciera que todos nos unimos en un solo canto:
el canto de los que aman y no son correspondidos.
Voy
a escribirte poesía y pediré a los pájaros que vuelen contra el viento y
te la hagan llegar, pero tengo miedo, ¿qué harás con ella una vez que llegue a
tus manos?, ¿eres acaso el villano de esta historia?
Voy a convertirme en palabras y les pediré
al viento, a las olas, a los pájaros, que imiten mi sonido y que cada día
cuando el sol salga me hagan llegar hasta ti, y si algún día te hago sonreír
sabré que en algún punto de esta historia también me quisiste, que también
pensaste en mí.
viernes, 7 de octubre de 2016
Foundations
Jueves por la noche, todo está bien, excepto que tienes esa mirada en tus ojos.
Cuando estoy diciendo una historia y te parece aburrida, estás pensando en algo que decir, sigues y lo dices y me humillas delante de nuestros amigos.
Entonces yo usaré la voz que te parece irritante y diré algo como "qué comentario tan inteligente cariño, ¿por qué mejor no te tomas otra cerveza?"
Entonces me dices idiota y todos con los que estamos se sienten avergonzados, y a mi no me importa una mierda.
Dices que debí haber comido muchos limones, porque estoy amargada, digo "preferiría estar con tus amigos, porque son más atractivos".
Sí, fue infantil y tú te pusiste agresivo, y debo admitir que estaba un poco asustada, pero me estremece molestarte.
Tu rostro está pálido, porque te fuiste y te embriagaste, ¡qué sorpresa!, no quiero ni mirarte, porque me haces enfermar.
Fuiste y te enfadaste con mi entrenador, apenas me lo asignaron ayer. Ay dios, no puedo estar molesta por esto.
Bueno, lo dejaré pasar hasta mañana, y no prenderé la calefacción a propósito. Y dios, espero no estar estancada con esto.
Las huellas de mis dedos se aferran a las grietas que hay en nuestro suelo,
y sé que debería dejarlo ir,
pero no puedo.
Y cada vez que peleamos sé que no está bien,
cada vez que te molestas y yo sonrío,
sé que debería olvidarlo pero no puedo.
Cuando estoy diciendo una historia y te parece aburrida, estás pensando en algo que decir, sigues y lo dices y me humillas delante de nuestros amigos.
Entonces yo usaré la voz que te parece irritante y diré algo como "qué comentario tan inteligente cariño, ¿por qué mejor no te tomas otra cerveza?"
Entonces me dices idiota y todos con los que estamos se sienten avergonzados, y a mi no me importa una mierda.
Dices que debí haber comido muchos limones, porque estoy amargada, digo "preferiría estar con tus amigos, porque son más atractivos".
Sí, fue infantil y tú te pusiste agresivo, y debo admitir que estaba un poco asustada, pero me estremece molestarte.
Tu rostro está pálido, porque te fuiste y te embriagaste, ¡qué sorpresa!, no quiero ni mirarte, porque me haces enfermar.
Fuiste y te enfadaste con mi entrenador, apenas me lo asignaron ayer. Ay dios, no puedo estar molesta por esto.
Bueno, lo dejaré pasar hasta mañana, y no prenderé la calefacción a propósito. Y dios, espero no estar estancada con esto.
Las huellas de mis dedos se aferran a las grietas que hay en nuestro suelo,
y sé que debería dejarlo ir,
pero no puedo.
Y cada vez que peleamos sé que no está bien,
cada vez que te molestas y yo sonrío,
sé que debería olvidarlo pero no puedo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)