-Yo te veo como si fueras un rompecabezas, como si estuvieras tratando de unirte, y las piezas están regadas por todas partes y tú estás tratando de ir por todas a la vez.
-Tienes razón.
Conforme el tiempo pasaba, las circunstancias y tal vez las personas me quitaban pedazos, y quizá yo no le daba demasiada importancia, a fin de cuentas, ¿qué más daba?, no era como si me fuera a romper de repente.
Pero cuando las piezas ya no fueron suficientes, pasó lo que tenía que pasar y me caí, terminé desmoronándome, y lo peor de todo fue que no quise decirle a nadie, ni siquiera lancé un grito de ayuda.
Es por eso que pasé tanto tiempo en el suelo, era incapaz de levantarme por mí misma y era incapaz de subir una mano y pedir apoyo.
Hasta que fue suficiente y comencé este viaje del que quizá más de uno haya sido espectador, el viaje que me ha llevado a volver a ser yo misma.
Pero no fue fácil, pedir ayuda ha sido lo más difícil que he hecho, aún cuando eso es a lo que me dedico, si se trata de mi, entonces me cuesta demasiado aceptar que no soy perfecta y que me voy a equivocar.
He estado rondando de corazón en corazón pidiendo limosnas, tratando de no cruzar demasiadas líneas, yendo de un lado a otro y encontrándome siempre en la misma situación: herida, cansada, rota.
Lo entiendo, soy un desastre, soy demasiado para procesar.
Ellos dicen que no soy como las demás chicas y eso solo se debe a que yo ya no soy una chica.
Yo soy una mujer.
Y cuando ellos dicen que no saben lo que quieren sé que están mintiendo, sé lo que esa frase implica, sé que lo quieren todo pero no conmigo, no quieren ayudar a poner las piezas en su lugar, porque eso requiere de mucho esfuerzo, después de todo, me miran y se dan cuenta de lo mucho que he sufrido, de lo mucho que van a poner a prueba si deciden aceptarme en sus vidas.
-¿A qué le tienes miedo?
-A quedarme sola.
Todo esto no tiene sentido para los demás, ni siquiera para mí.
Necesito paciencia, porque si intento ir por todo a la vez, entonces terminaré frustrada, sin ganas de seguir adelante.
Ellos dices que no soy como las otras chicas,
y no,
lo que pasa,
es que soy un rompecabezas que aún debe ser armado.
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