Ahora que me voy,
quería ponerte un ultimátum.
Quería decir algo como:
quiéreme o lárgate.
Pero me di cuenta,
tú te fuiste hace mucho tiempo.
Te llamé solo para decir "vuelve",
dijiste "¿estás bien?" y no contesté.
Ahora que me voy,
quería que supieras cómo han cambiado las cosas,
voy por la calle besando a extraños,
porque quizá uno tenga tu sabor.
"No importa" dices una y otra vez,
crees que te seré fiel,
incluso si me acuesto con un hombre diferente cada noche,
crees que no lograré olvidarte.
Ahora que me voy,
quizá sea hora de hacer las cosas bien.
Despedirnos una última vez,
decir que te odio mientras corro a tus brazos.
Será simple,
será lo que nunca pudimos tener.
Te parecerá que soy más fácil de querer,
porque estaré lejos.
Ahora que me voy,
olvidarás mi voz,
olvidarás las llamadas a media noche,
olvidarás que nunca rompimos, ¿o sí?
Rompiste las promesas que salían de tu boca,
dijiste "te quiero",
hasta el final.
Y luego te fuiste con ella.
Ahora que me voy,
quizá sea el momento de pronunciar la promesa,
la que de verdad importa:
prométeme que no diremos más promesas.
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