lunes, 29 de junio de 2020

¡Lo hicimos!

Hace unos años, si me hubieran dicho que estaría aquí, en este cuarto que ahora es mi consultorio, me hubiera reído, si me hubieran dicho también que habría una pandemia y que la "normalidad" ya no sería normal, bueno, pues me hubiera reído más fuerte. Pero así es la vida, y por so hoy voy a mirar atrás para ver cuáles cosas pensé que jamás iba a superar, pero aquí estoy, ¡lo logré!

1. Break ups: Sí, tan cliché como es, cuando uno termina una relación siente que el mundo se va terminar, que no puede más, que la vida nunca será igual... y no, no lo es, pero eso es lo bueno. De entre mis muchos desamores los que más me marcaron fueron a)Roberto, que ahora es de mis mejores amigos. B) Rubén al que no le he hablado en mucho tiempo pero pues equis, sé que ahí está y está bien. c) Ulises que me sigue buscando sobre todo por las noches y me manda mensajes diciendo "quiero verte", y gracias al poder de la terapia y la lectura ya no le respondo. 
2. No vivir en GDL: Toda mi vida, sí, toda todita, pensé que viviría en la gran ciudad, y sí, a veces aún quiero dejarlo todo e irme, sobre todo en los días como hoy en los que ya no aguanto la calor. Pero no vivir en GDL ya no me parece el fin del mundo.
3. No estar casada antes de los 20: ¡Ya sé!, en qué rayos estaba pensando, ¿verdad?, pero es que en mi familia las chicas se casan jóvenes y yo dije "ok, estoy dispuesta", pero gracias al destino y a mi lista (o falta de) ex novios, eso no pasó. Y hoy no podría estar más feliz de estar soltera. 
4. No ser rica y famosa: ok, no tan literalmente pero yo quería por lo menos haber escrito un libro para esta edad. Y vaya que es difícil, pero poco a poco. 

¡Todo estará bien!, ¡todo pasará!, un día me voy a volver a sentar y diré, "te acuerdas cuando aún estábamos en cuarentena y todo parecía una mierda, jaja". Hasta entonces. 

viernes, 26 de junio de 2020

Mitad de año

Sí, sí, lo sé, el 2020 es el peor año que nos ha tocado vivir hasta ahora, pero no por eso simplemente lo voy a poner en el fondo de mi mente para olvidarlo por siempre.
Según mis planes, para estas fechas yo debería estar alistándome para irme a GDL a estudiar guión durante un mes, pero bueno, eso se canceló. También quería viajar a otro país por ahí de septiembre pero ya no pasará. 
Pero bueno, no todo es completamente malo, la cuarentena me trajo una sensación que no tenía desde hace mucho: libertad absoluta, me volví a sentir como cuando iba a la escuela y ¡finalmente!, tenía vacaciones largas. Volví a cocinar, a hacer postres: comí muchísimo hasta que me ganó la culpa y siguieron semanas de hacer ejercicio sin parar. Y ahora, estoy tratando de encontrar un balance entre mi libertad y mi trabajo. 
Lo bueno de este tiempo también fue que retomé mi amor por la lectura, he estado leyendo bastante, ya voy a terminar mi segundo libro en 1 mes.
Y ahora que las cosas se vuelven un poco más normales, me pondré una lista de cosas que hacer en lo que resta del año.

  1. Leer 3 libros (o más).
  2. Asistir a un taller de escritura.
  3. Trabajar en mis habilidades como psicoterapeuta.
  4. Mejorar en la jarana y el canto. 
  5. Relajarme los fines de semana.
Quién sabe qué vaya a pasar en el resto del año, lo que sé es que quiero seguir viendo el lado positivo. Y si alguien me lee y quiere recomendarme un libro, por favor déjeme un comentario.

miércoles, 24 de junio de 2020

Cosas qué cambiar

Tomar alcohol solo los fines de semana
Hacer ejercicio 5 días a la semana y si se puede 6 - Todos los días a las 6pm o 7 pm dependiendo de mi horario.
No comer chatarra.
Aprender a decir No sin excusas.
Leer todos los días antes de dormir y en mis tiempos libres.
Escribir en mi diario cuando me levante.
Escribir en el blog 3 veces a la semana (o más)
Aprender a disfrutar de mi tiempo libre.
Visitar a mi familia 1 vez por semana (los viernes o sábados)



martes, 23 de junio de 2020

Las partes de mí en las que necesito trabajar

1. Lo que piensan los demás: desde que tengo memoria, he querido cumplir con las expectativas que los demás han creado alrededor de mi persona. Toda la primaria saqué dieces, toda la secundaria, toda la prepa. Si saqué un 7 en la universidad, fue porque la maestra era la peor del mundo (de verdad), pero en general, yo quería ser la alumna ejemplar. Siempre me portaba bien, obedecía a mis papás, la única vez que los vi enojados conmigo fue cuando me sentaron para decirme que estaban muy decepcionados porque se habían enterado de que yo tenía novio (y apenas tenía 12), así que al día siguiente fui con ese muchacho y le dije "terminamos". Entré a la universidad porque debía de hacerlo, y cuando les dije a mis papás que quería salirme de la carrera lo único que dijeron fue "pero si ya vas a la mitad, ¿qué más da?", así que la terminé, y conseguí empleo justo al salir. Cuando dejé ese empleo para irme a GDL, y no encontré nada, mi mamá rápidamente me dijo, "bueno, ¿ahora qué vas a hacer?", hasta que empecé a trabajar de nuevo, me sentí cómoda. El querer hacer felices a los demás, el querer siempre estar a la altura de lo que se espera de mí es algo que siempre he hecho, y me cuesta trabajo dejar de hacerlo. Ahora, sé que lo que mis papás esperan es que me case, que encuentre a un hombre y me solucione la vida. Pero, ¿y si no hay nada que solucionar?, ¿y si quiero estar sola?, quizá sea tan simple como saber que la razón por la que no dejo de buscar el amor es porque es lo que se espera de mí, a mis 26 años soy la única de la familia que no se ha casado o que no tiene pareja. 

2. Las ideas e ideales que ya no me cuadran: esto obviamente tiene que ver con lo que ya acabo de decir en el punto anterior. Sé que la idea de la felicidad es: casarme, tener un hijo y construir una familia feliz, pero eso no es lo que quiero. Sé que la idea de una mujer ideal es una de buen cuerpo, inteligente, y buena en la cama, pero yo quiero ser más que eso. Y sé que el hombre ideal no existe, pero lo sigo buscando.

3. Mis miedos: tengo dos miedos, al rechazo y a la soledad. Y ya los trabajé hace tiempo en terapia pero aún así están bastante marcado en mí. Como dije, siempre estoy en la búsqueda de una aventura, de un nuevo amor, y no hay nada peor que sentirme rechazada, solo para seguir rogando por atención.

4. Mi ansiedad. La ansiedad ha estado presente en mi vida desde que era una niña, y siempre le eché la culpa a mi abuela, yo decía "mi abuela es ansiosa y por eso yo lo soy", después me di cuenta de que mi mamá también sufre ansiedad de vez en cuando, y eso solo lo hizo aún más normal. Sé que no puedo cambiarlo y debo vivir con ella, pero quiero aprender a relajarme.

lunes, 22 de junio de 2020

La vida que quiero

Quiero vivir en una ciudad la mitad del tiempo y la otra mitad en mi pequeño pueblo.
Quiero construir mi casa: con ventanas grandes y largas, blanca, y un clóset donde quepa toda mi ropa.
Quiero ser una mujer elegante.
Quiero dejar de comer queso (ya casi lo logro), quiero ser saludable.
Quiero ahorrar lo suficiente como para salir del país 1 vez al año.
Quiero estudiar guión y escribir el love club para que lo conviertan en una serie.
Quiero pasar lo fines de semana visitando amigos a mi familia, limpiando y relajándome leyendo o yendo a la playa.
Quiero sábanas blancas y suaves.
Quiero compartir mi vida con alguien maravilloso.
Quiero estar a gusto con mis momentos de soledad.
Quiero paz.

martes, 16 de junio de 2020

Hoy, pero hace un año

Mis amigas de la prepa vinieron a visitarme: I, P, J y E. Fuimos a casa de mis papás para usar la alberca, preparamos bebidas y nos pusimos al tanto de nuestras vidas, ¿quién salía con quién?, ¿quién estaba en una relación pero se moría por salir de ella?, ¿quién pensaba en que encontrar el amor era casi una misión imposible?
Yo estaba teniendo un crush cañón con un amigo de un amigo, así que invité a ambos, ya era casi hora del atardecer cuando llegaron con comida y más alcohol, todos se presentaron y comenzamos a platicar aún más.
Una de mis amigas, E, me dijo que le había gustado mi amigo, "¿cuál?", me apresuré a preguntarle, y cuando me dijo que era el mismo que a mi me gustaba, le dirigí una mirada matona y ahí terminó aquello. Él me miraba a cada rato y me sonreía, se me acercó al oído y me dijo "tú eres mi favorita de todas", yo también sonreí.

Pero algo pasó: todos entramos de repente a la alberca, yo estaba nadando lejos de todo y cuando menos lo esperé, volteé la vista y mi amiga I se estaba besando con mi otro amigo, el que no me gustaba. Grité "¡qué rayos están haciendo!", como una mamá preocupada cuando descubre que su hija no es tan inocente como parece. Miré a mis demás amigas, a ninguna parecía importarle, "está muy borracha" dijeron, "queremos irnos a dormir".
Así que las guíe hasta la recamara donde les volví a preguntar qué rayos había pasado para que I terminara metiéndole la lengua a mi amigo. "Pues lo de siempre, está borracha y ya sabes cómo se pone".
Fui de nuevo a la alberca y ahí seguían, y yo no quería ver ningún espectáculo, así que le hablé a mi crush, que también estaba borracho.
-¿Quieres besarme también? -me dijo, y no sé por qué, pero en ese instante se me pasaron las ganas de besarlo para siempre. Así que le dije que no, que se fuera a su casa. Él se molestó, me dijo "¿de verdad vas a dejarme ir así?", yo no dije nada, pero me fui a la habitación.

Al día siguiente, mis amigas se fueron, I tenía una cruda moral cañona: lo negó todo, y todas nos miramos como diciendo "wtf", mi ahora-ya-no-crush me escribió por la tarde pidiéndome disculpas, le dije que no se preocupara, pero desde ese instante, no volví a invitarlo a ningún lado, ni él a mí.

lunes, 15 de junio de 2020

De terminar relaciones y trastornos alimenticios

Cuando tenía 20 años y descubrí que mi novio me estaba engañando, lo único que quería hacer era acostarme y llorar: no tenía internet, no tenía tv para distraerme, lo único que tenía eran mis amigas, mis libros y muchas tareas que hacer. Fue fácil dejar de comer, era algo que podía controlar, ya que sentía que no tenía control sobre nada más: mi novio me había cambiado, estaba feliz, y yo me pasaba los días encerrada y pensando en cómo recuperarlo.
Siempre me ha gustado comer, de verdad, lo disfruto. Me volví vegetariana a los 14 años pero aún así no sentía que algo me hacía falta.
Todo pasó rápido: un día estaba feliz, riendo con mis amigas y comprando en la cafetería de la uni, al siguiente, no comía.
Cada día comía menos y menos, hasta que incluso cuando comía me terminaba por vomitar. Ya no podía digerir nada.
Nadie se dio cuenta, o hacían como que no se daban cuenta. Cuando iba a casa de mis papás los fines de semana comía lo mínimo, fingí que tenía gastritis para justificar mi falta de apetito, y me internaron dos veces en el hospital, solo para decirme "no tienes nada", y claro que lo tenía, pero era mental y eso no lo diagnostican ahí.
Mirando atrás, me sorprende cómo ningún doctor les dijo a mis padres "su hija está enferma, pesa 37 kilos a sus 20 años, dense cuenta", me sorprende ver fotos mías de este periodo, estaba tan flaca que mi ropa ya no me quedaba. Era miserable, quería comer pero no podía, quería que alguien se diera cuenta de lo mucho que sufría, pero nadie, ni siquiera mi tía con la que vivía dijo algo.
"Estás muy flaca", me decían mis amigos de vez en cuando. Pero no decían nada más, quizá los incomodaba.
Pasé un buen tiempo así, creyendo que cuando ya no pudiera soportar más, alguién tenía que venir a rescatarme (mi ex novio de preferencia), pero él demostró que yo ni siquiera le importaba. Yo solo quería que alguien me diera afecto, atención. Pero no pasó.

Así que un buen día (de verdad no recuerdo en qué momento), me levanté y dije "ya basta", sabía que nadie iba a salvarme, sabía que la única que podía volverse a levantar y salir adelante era yo: con o sin novio. Así que empecé a comer, y poco a poco, volví a la normalidad.

Es difícil hablar de trastornos alimenticios, pero es necesario. Todas las chicas en algún momento de nuestra vida nos sentimos "muy gordas, muy flacas, nunca lo suficiente", lo importante es recordar que no estás sola: hay personas que te aman, amigos, familia, y si no hay nadie más: te tienes a ti. No es fácil, pero es posible recuperarse.

Aún hay ocasiones en las que me siento "muy gorda", hace apenas unos meses pesé por primera vez 53 kilos, me espanté. No quiero ser gorda, sé que 53 kilos no son ser gorda pero a veces es difícil. Pero cuando miro atrás, y recuerdo lo mucho que sufrí gracias a mi obsesión con la comida, pienso en lo afortunada que soy de estar bien, y creo que tengo un cuerpo saludable, y eso es lo único que importa. A la mierda los estereotipos de belleza, y lo repito: a la mierda los estereotipos de belleza.

jueves, 11 de junio de 2020

el primer amor nunca se recupera

tenía 17 años, estaba en 2do año de preparatoria, estaba aburrida, les dije a mis amigas "quiero un novio", a la semana ya tenía uno. Yo no sabía nada acerca de las relaciones, creía que mágicamente todo sucedería: el primer beso, caminar tomados de la mano, citas, secretos, risas, todas las primeras veces del mundo. Lo único que tenia de referencia entonces eran todas las horas de mi vida que había pasado frente a una pantalla viendo películas románticas. Mi favorita era 500 days of summer. También estaba Gossip Girl, yo y mi obsesión por Chuck Bass. Entonces, cuando mi novio de 17 años también, me dijo que aquello que estábamos haciendo no funcionada, y que teníamos que cortar, mi corazón se me hizo pedacitos.
nos sentábamos todas las tardes hasta las 4 pm en una banca a "hablar", en realidad yo casi siempre estaba callada, y no sabía ni qué decir, a veces solo nos besábamos. Yo era feliz, de verdad, hasta que él dijo que no era feliz y que yo no sabía qué quería y entonces rompimos. Volviendo atrás, creo que él siempre me entendió y analizó bastante bien, recuerdo que una vez en el parque también me dijo "nunca acabas nada", y tenía toda la razón.
a lo que voy con todo esto es que, bueno, nunca me volví a sentir como cuando estaba con él, y ya sé, eso es bueno, todos los amores son diferentes, de eso se trata, pero, justo hoy venía pensando en el camión acerca de cómo cuando crecemos el amor también crece con nosotros, se expande quizá o se esconde en el rincón más lejano.
En mi caso, el amor nunca ha dejado de existir, está presente en cada día, casi a cada momento, pero ya no me emociono igual.

es que, aunque quisiera, nunca podría volver a amar como cuando tuve 17 años.

miércoles, 3 de junio de 2020

La matrix

Como bien dicen, la realidad supera la ficción, solo que en este caso, la ficción ha sido creada por -algunas personas que quieren controlar la realidad.
Ya no sé qué está pasando el mundo, vivimos tiempos difíciles, vivimos controlados, y en un mundo a´si, solo puedo pensar en que vivo en La Matrix.
Y claro que es sencillo permanecer ahí: es lo que se espera de nosotros, es lo que nos enseñan todos los días. Pero, ¿y la pastilla roja?
Lamentablemente, nadie va a venir a tu casa a ofrecértela. Vas a tener que salir a buscarla por tu cuenta, y cuando asomes la cabeza tan solo un poquito, vas a darte cuenta de que todo en realidad es una porquería.

No todo es malo, claramente. Pero es difícil, después de tantos años creyendo en "la verdad", ¿cómo no vernos como personas completamente locas?, como personas que creen en "teorías conspirativas" (termino inventado por la CIA).


En fin, voy a dejar aquí dos recursos para que -quizá llegue a más gente.

1. Vigilant Citizen; un sitio de noticias al que últimamente he recurrido un montón, y también hay un foro donde se comentan muchísimas cosas.
2. Out of the shadows: un documental que expone algunas de las cosas que recién acaban de salir a la luz (como Jeffey Epstein).

Junio se viene con todo, ¿no?