lunes, 30 de noviembre de 2020

5 años después

 Estaba en una cena con mis papás y mi hermano, estaba comiendo unos ravioles deliciosos y tomando vino rosado y de repente un mensaje de un número que no tengo registrado pero ya conozco bien. "¿Puedo verte?", contesto casi instantáneamente: "¡NO!", pero más mensajes llegaron y en todos una vez más la misma pregunta, y yo firme, "no, no quiero, no, tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar Ulises", y así pasan unos minutos que se sienten como la eternidad. 

Así que finalmente, me llega un mensaje largo que básicamente decía "sí, lo sé, soy un pendejo por no haber aprovechado el momento, tú me quisiste y yo no pude ver lo mucho que ofrecías, y sé que ya es muy tarde".

Muy tarde, demasiado tarde, y es que cinco años antes hubiera hecho hasta lo imposible porque este chico me dijera por lo menos un te quiero, escribí una y otra vez aquí acerca de él, en 2015 estaba perdida en el amor y dándome de bruces una y otra vez por él. Así son las cosas: los círculos se completan demasiado tarde, las palabras que morías por escuchar llegan pero a destiempo, los amores nunca suceden porque los corazones no albergan al amor de la misma forma.

Bloqueé el celular y me pregunté qué hubiera sido de mi vida si hubiera sido correspondida, si 5 años antes nuestras manos se hubieran entrelazado en un amor por el que yo estaba dispuesta a luchar, y así, de la manera más simple y con todo el alivio del mundo sonreí: uff, menos más que no fue él.

sábado, 21 de noviembre de 2020

debería ser así de fácil

 Me despierto de un sueño que parece más bien una premonición, donde evalué mis opciones sin darme cuenta. 

En una parte tenemos a un chico que me gusta desde hace poco tiempo, caminamos juntos y casi instantáneamente  una chica me llama para decirme "¿Qué estas haciendo con él?, ¡él no es bueno para ti!", así que me volteó para verlo pero ya no está, sigo caminando y en una esquina está Alex. Me sorprende verlo ahí (¡además tiene barba!), él también me ve y viene corriendo hasta mí y me besa de una manera que reconozco con el corazón: llena de pasión pero también llena de te he extrañado.

Me dice que tiene una cena de negocios pero en cuanto termine podemos vernos, digo ok y caminamos juntos. Todo está bien.

Me despierto sintiendo sus labios en los míos, su olor, sus manos en las mías. No me puedo quitar este sentimiento: Alex es bueno para mí.

Así que le mando un mensaje y le cuento todo. 

Él responde como a la hora: "Espero que haya sido un buen beso", me dice que vendrá a visitar en enero o tal vez febrero, me dice que en noviembre es la boda de su hermano "y puedes ser mi acompañante :)"

Sonrío

Pienso

Mierda

Debería ser así de fácil.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Todos los equivocados

 ¿Alguna vez quisiste a alguien
que sabes que no es para ti,
o que no eres para él,
pero desearías serlo?
Estás bien con no estar con él, 
pero aún así desearías que fuera posible,
hay alguien más allá afuera, 
esperando por ti,
aunque desearías que no estuviera,
oh como lo deseas,
poder estar con el equivocado,
que pudiera funcionar, 
pero nunca lo hará, 
aunque te sientas triste,
aunque te sientas engañada,
¿por qué el universo no lo eligió para ti?
son tan equivocados el uno para el otro,
pero tan correctos de muchas maneras, 
simplemente no es justo, ¿no es así?

domingo, 15 de noviembre de 2020

Cuando no eres la chica de la que las personas se enamoran

El amor lo penetra todo. Tengo una playlist en mi teléfono de canciones que no tienen al amor como motivo central, y tristemente, es muy pequeña. Me han dicho una y otra vez que el amor verdadero es, y debería ser, una prioridad en mi vida. He sido condicionada a aceptar y creer que debo tener amor, pero no soy lo suficientemente buena para él aún. Es por eso que, tengo que cambiar constantemente, alterarme constantemente, todo con la esperanza de tener a alguien que me diga esas palabras mágicas.

Nunca he tenido a un hombre que confiese su amor incondicional. Nunca he tenido el gesto romántico, que me deje desmayada. Como una mujer joven que está bien emocional y físicamente, esto me ha desconcertado por mucho tiempo. Me enamoro. Me he enamorado. Y lo he hecho con todo lo que poseo. Pero ¿por qué nadie se ha enamorado de mí aún?

Me tomó mucho tiempo darme cuenta del porque. Y era simple, casi para reírse. Nadie se ha enamorado de mí porque no soy la chica de la que te enamoras.

Posiblemente soy la mujer a la que respetas. La mujer a la que admiras. La mujer con la que quieres llegar a casa. La mujer que te hace cuestionar perspectivas con las que has vivido por años. La mujer que sacude tus nociones preconcebidas de lo que te gusta. La mujer que miras y te preguntas ‘¿cómo? ¿cómo lo hace?’ La mujer a la que acudes por fuerza y apoyo. La mujer que hace que te des cuenta de lo grande que es el mundo, y lo grande que podría ser. La mujer que te da consejos. La mujer que te hace un hombre.

Pero no soy la chica de la que te enamoras. No soy la chica con la que quieres pasar horas, solo mirándonos el uno al otro. La chica a la que intentas sacarle una sonrisa. La chica que tiene las  manos con las que quieres envolver las tuyas. La chica que es tan hermosa, tan delicada, que te hace querer pelear contra el mundo por ella.

No soy la chica que puedes proteger de ella misma, porque no soy lo suficientemente frágil para romperme a cada paso. Estoy endurecida, y tengo cicatrices de batallas que posiblemente se parezcan a las tuyas. No me avergüenzo de las marcas, y manchas, y los moretones de mi cuerpo y mi mente. Son míos, y ellos cuentan mi historia. No caminaré dócilmente, siempre un paso atrás de ti. Caminaré contigo. Te empujaré, tanto como me empujo a mí misma.

Esto me hace difícil de amar, porque no puedes envolver mi amor a tu alrededor. No. Tendrás que doblarte también, y eso te irritará. Eventualmente, te irás, solo porque encontraste a una chica que te hace feliz, en lugar de una mujer que te hace pensar.

No soy la chica de la que te enamoras. Soy la mujer que aprendes a amar.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Hoy desperté con 27 años

 Es uno de esos días en los que me siento agradecida por todo: por levantarme temprano para mover mi cuerpo y mantenerlo saludable, por mi trabajo, por mis clases de jarana y portugués, por la comida que todos los días disfruto, por poder ir a la playa que me queda a unos minutos de casa, por haber conocido a mucha gente nueva, por saber que una nueva Janeth ha surgido en este año, y es una mucho más feliz. 

Hace un año estaba enamorada de un fantasma, hace un año estaba en Canadá y tenía casi todos los días la sensación de no pertenecer. Pero algo cambió: más terapia, cursos, una visita de alguien muy especial, una semana con el amor que vino a enseñarme que la vida es lo que acontece aquí y ahora. 

Y hoy, hoy soy feliz con mi realidad: familia, amigos, trabajo, con Mi Pueblo. 

Gracias a dios, gracias al universo porque cada día me expando un poquito más y más. Y cada día el amor que tanto andaba buscando en el exterior se hace más luminoso dentro de mí. Mi niña interior está feliz, me abraza. Y yo, lloro de felicidad. 

Vida, qué bonita estás ahora mismo. 

martes, 3 de noviembre de 2020

El fantasma de un amor pasado

 Había una vez una chica que fue a un viaje: ahorró todo un año y estaba sumamente emocionada. Cuando llegó el gran día, subió al avión con un montón de ilusiones y una maleta llena de ropa de invierno. Fue un gran viaje donde conoció a un chico y se enamoró, en una semana su corazón quedó encantado, congelado en los días que pasó en el país lejano. 

El chico se llamaba Egor y la chica nunca había conocido a alguien cómo él: tan extraño, tan diferente a su cultura, tan frío por el exterior pero con un corazón blandito, casi de plastilina y lleno de amor para regalarle. Pasaron días maravillosos juntos: tomados de la mano, visitando lugares increíbles y escuchando música de sus respectivos países  

Pero el momento de despedirse llegó, la chica estaba triste pero el chico hizo una promesa poniéndose la mano en el corazón: Te visitaré en año nuevo. La chica lloró de felicidad, le hizo prometer por todo lo sagrado que no estaba solamente mintiendo y él dijo que no. Y así, con una promesa guardaba bien segura dentro del corazón, la chica de nuevo subió al avión con un montón de ilusiones y una historia de amor que contar.

Primera semana después del regreso:

Todo esta bien, llamadas diarias, fotos, anécdotas del día a día, quiero saber todo lo que haces, dímelo, te extraño, cuéntame tu vida, no quiero perderme nada.

Segunda semana después del regreso:

Quiero llamarte, ¿estás disponible?, todo está bien, aún te extraño, falta poco, falta poco. Quiero saber cómo estás, ¿cómo va el trabajo?, yo sé, es difícil pero el tiempo pasa rápido.

Tercera semana después del regreso:

¿Hola?, ¿estás ocupado?...   ¿llegaste a casa?... ¿todo bien?

Cuarta semana después del regreso:

Siento que ya no quieres hablar conmigo Egor, ¿pasa algo?

Quinta semana después del regreso:

Veo que borraste tu instagram, ¿todo bien?

Sexta semana después del regreso:

...

Nada. De pronto Egor se convierte en nada más que un fantasma de un amor que ya no sabe si en realidad fue verdad o no, excepto por las fotos y sus recuerdos, no hay nada. Entonces la chica sabe que Egor no irá a verla, y pasa los días imaginando qué estará haciendo. Le cuenta a sus amigos y ellos dicen "olvidalo", y ella piensa "cómo si fuera tan fácil", y abre sus mensajes una y otra vez, esperando alguna explicación, pero no hay nada.

Un día abre instagram y lo ve de nuevo ahí, le manda un mensaje casi instantáneamente: "hey, regresaste", pero nunca hubo respuesta tampoco. La chica se pregunta qué hizo mal, ¿qué pasó?, ¿cómo puede alguien simplemente ignorar a otra persona y dejarla sintiendo como una loca?, pero cada vez duele menos, a veces pasa días sin pensar en él, hasta que finalmente llega año nuevo, y suenan las 12, y él no está, y tampoco hay mensajes en su teléfono.

Unas semanas después de nuevo en instagram, finalmente, la respuesta que tanto estaba buscando, "¿qué pasó?", resonó en su cabeza por un montón de tiempo, hasta que vio la foto: él y otra chica, en el lugar donde se supone que estarían juntos, en el mismo país. Había viajado, pero había traído consigo a otra chica. El teléfono entonces cae de sus manos, y lanza un grito que más bien parece el alarido de un lobo. ¿Cómo puede ser alguien tan malo?, ¿cómo puede no tener las agallas para decir la verdad?

Entonces, no hay opción, excepto tratar de olvidar, y lidiar con un fantasma que sabe que no se irá pronto, que quizá nunca lo haga. 

domingo, 1 de noviembre de 2020

Domingos

 Me hubiera gustado que todo fuera más fácil. Que el amor simplemente se instalará un día y decidiera no irse nunca más. Pero no funciona así. No para mi. Estoy trabajando todos los días, estoy tratando de sacarme la nostalgia de los huesos, estoy sanando a mi niña interior pero sé que no pongo suficiente empeño. Aun me ganan las viejas costumbres de vez en cuando: tratar de complacer a las personas a como de lugar, y pasearme por los mismos lugares solo para ver si alguien me voltea a ver. Y, ¿para qué?

Los domingos son los días más difíciles, me hacen pensar que quisiera tener a alguien para pasarlos juntos, para ir al mar, para leer y no decir nada. Los domingos lloro mientras escucho I know alone y leo sobre el amor y maneras de matarlo. 

Dios, como quisiera que fuera fácil, poder aceptar invitaciones a cenar, poder decir lo que realmente pienso sin temor: no puedo dejar de pensarte, lo que es ridículo y me pone fatal. Pero mira, mírame bien y recuerda mis palabras, después de mí todo cambia. 

Érase una vez el amor pero tuve que matarlo, érase una vez el amor pero ahora no lo soporto, es más, le tengo miedo. Y por eso me resguardo en la comodidad de lo que ya conozco bien, pero eso me impide crecer y sanar y me hace llorar los domingos.