domingo, 3 de mayo de 2015

Fe

Tengo la misma madrina de primaria y de secundaria, es una persona muy conocida aquí y la conozco -o más bien, ella me conoce desde que yo era una bebé. Crecí al lado de su hijo, fuimos muy buenos amigos, conservo los recuerdos más bonitos de mi infancia a su lado: yendo a su casa, haciendo fiestas en la alberca, yendo al cine, jugando a que teníamos una banda de rock, compartiendo libros y música. Él y yo nos dejamos de ver cuando entré a la preparatoria, cada quien siguió su camino y aún así, cada que nos vemos, siempre tenemos algo que decirnos, siempre me saca una sonrisa, siempre será mi amigo.
Y ayer lo vi, llegué a casa como a las 12 del día y fui junto con mi familia al hospital: su mamá está internada. Su mamá, mi madrina, a quien nunca llamo así.
Todo empezó como un simple dolor en el pie que se fue convirtiendo poco a poco en algo de todos los días, la situación de agravó, y un día de bailes y cansancio, su pie no aguantó más. Al día siguiente la llevaron al hospital, solo para decirle que no podían hacer nada, que habría que esperar a que la hinchazón bajara, y que tenía el azúcar demasiado alto.
Y hace unos días, la noticia, la explosión:
-Usted tiene diabetes.

La palabra que todos temen pero nadie dice, la palabra que da escalofríos con solo escucharla. Y él lloró, él no pudo aguantar sus lágrimas, después de todo, es hijo único y aunque su mamá estaba ahí diciendo: "no pasa nada, yo voy a estar bien en unos días", él sabía que ya las cosas iban a ser difíciles a partir de ese punto.

Y ayer lo vi, estaba tan cansado que apenas podía hablar, pero a pesar de todo una sonrisa se escapaba de su rostro de vez en cuanto, se está haciendo el fuerte. Está fingiendo porque a nadie le gusta mostrar su debilidad. Mucho menos en situaciones así.
Y yo no quise entrar a verla, porque algo dentro de mí quería conservar el recuerdo de ella estando sonriente, estando sana, no así, no con un montón de tubos y enferma.
Y yo, yo no creo en dios. Pero si creyera le pediría por ella, porque ahora dicen que le van a apuntar la pierna y eso es algo demasiado feo. No quiero pasar por esto, porque en mi familia ha habido amputaciones antes, y sé lo difícil que es. Un día despiertas completo y en unas horas, todo cambia, ¿por qué pasan estas cosas a las personas que son buenas?
No lo sé.

Nunca voy a saber cómo es que funciona esto, solo hace falta a veces, tener un poquito de fe. Fe en que el universo puede moverse de ciertas maneras, para hacer las cosas buenas otra vez.

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